La palabra “pecado” puede sugerir una cantidad de cosas — adulterio, inmoralidad, el entregarse a falsos apetitos, acciones criminales, para mencionar unas pocas... y con razón. Pero ¿ha pensado usted alguna vez en la limitación como un pecado?
En una provocante y aclaratoria declaración, la Sra. Eddy revela una dimensión adicional de esa palabra tan a menudo escuchada: “La primera manifestación inicua del pecado fue una finitud”.Retrospección e Introspección, pág. 67.
Finitud. Limitación. Lo diametralmente opuesto del Todo infinito que llamamos Dios. A juzgar por el mundo actual, podríamos aceptar fácilmente los límites como realidades ineludibles; parece que la provisión de demasiadas necesidades está restringida. Pero a medida que empezamos a clasificar la insuficiencia como una barrera ilegítima que obstaculiza el que expresemos plenamente la abundancia de la Vida — a clasificarla como pecado — podemos tratar ese problema eficazmente adoptando en oración la posición mental del dominio que el Cristo tiene sobre el pecado.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!