El camino se alarga. Tal vez la persona no vea todavía lo que hay a la distancia. Pero él prosigue sin temor. Hasta anticipa con gozo los descubrimientos, aventuras y desafíos que le esperan.
¿Por qué? Es que está andando por el camino de la demostración, el cual conduce hacia nuevas perspectivas de la vida y realidad espirituales. Y la dirección divina puede sentirse en cada paso del camino. El consejo, el amor, la protección, hasta la curación que tal vez se necesite, están siempre disponibles. El Principio divino, el Alma, nos muestra el camino; el camino fuera de la prosecución de intereses y ambiciones materiales y hacia la meta de salvación, espiritualidad y bendición universal.
El patriarca Enoc debe de haber recorrido ese “camino”. La Biblia no nos dice mucho acerca de la vida de Enoc. En efecto, sólo unos pocos versículos revelan algo de su experiencia humana. Pero lo que se aprende de esos versículos es bastante admirable. Leemos que Enoc vivió una cantidad extraordinaria de años en la tierra. Y luego se nos dice que “caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”. Gén. 5:24.
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