El gobierno democrático es absolutamente necesario para el progreso de cualquier filial de la Iglesia de Cristo, Científico. Empero, muchos Científicos Cristianos viven en países con muy poca o ninguna tradición democrática. A veces, preparar procedimientos democráticos puede ser un problema. Pero mucho más importante que los procedimientos mismos es el espíritu de democracia en que éstos se fundan. Sin este espíritu, hasta las más antiguas tradiciones democráticas pueden ser minadas, y no hay ninguna garantía de que aun los mejores estatutos puedan ponerse en práctica democráticamente.
Pero la Sra. Eddy no estipuló nada que no fuera una democracia total en las iglesias filiales. Inequívocamente declara en el Manual de La Iglesia Madre: “En la Ciencia Cristiana cada iglesia filial será netamente democrática en su forma de gobierno, y ninguna persona ni otra iglesia deberá intervenir en sus asuntos”.Man., Art. XXIII, Sec. 10.
La democracia no es un misterio. Básicamente, no es otra cosa que poner en práctica la ley bíblica encomendada por Cristo Jesús: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22:39. Cuando percibimos algo de la identidad espiritual del hombre a imagen y semejanza de Dios, quien es el Amor divino, sencillamente por honradez y amor cristiano nos vemos obligados a admitir la universalidad de este hecho. Todos los hombres, en su naturaleza espiritual e individual, son iguales ante Dios. Debido a que esta igualdad espiritual es una verdad absoluta, somos dotados aquí mismo, en este plano no tan perfecto de existencia humana, del poder para aceptar y practicar la igualdad de derechos, oportunidades y tratamiento que constituyen el espíritu y esencia de la democracia.
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