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La única influencia divina y verdadera

Del número de junio de 1983 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El pensamiento humano a cada momento está sometido a influencias malas y buenas. Pero la única influencia divina, manifestando todo el bien, está presente ahora para guiarnos y protegernos contra toda forma de mal. Es el Cristo, la Verdad, expresando la presencia de Dios y demostrando Su poder. Podemos probar en forma progresiva que el Cristo está eternamente activo y que nunca puede debilitarse ni detenerse.

La Ciencia Cristiana nos enseña cómo proteger el pensamiento de la influencia del mal; esto requiere receptividad a todo el bien que está ya incluido en el Cristo-hombre, la imagen exacta de Dios. El hombre es, en realidad, la idea inseparable de Dios, expresando únicamente el todo-poder de la Vida, la Verdad y el Amor. Finalmente llegaremos a comprender plenamente que, en realidad, no existe ningún mal o discordia al que tengamos que responder.

La Biblia declara: “Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Gén. 1:31. El error, el mal de cualquier clase, es completamente ajeno al reino de Dios, el universo único e infinito. No hay vestigio de verdad en el error así como no hay vestigio de oscuridad en la luz.

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