Una mentira deja de ser un engaño o de ser aceptada cuando la verdad se conoce y se cree en ella. Las imposiciones de la mortalidad dejan de ser engañosas o aceptables cuando las verdades de Dios revelan la falsedad de toda mortalidad.
El Maestro, Cristo Jesús, constantemente podía permanecer imperturbable frente a la materia. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), escribe en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “Para Jesús, no era la materialidad sino la espiritualidad la realidad de la existencia del hombre, mientras que para los rabinos lo espiritual era lo intangible e incierto, cuando no lo irreal”.Ciencia y Salud, pág. 352.
Era el pensamiento materialista el que se oponía a Jesús cuando curaba en la sinagoga y el que se negaba a escuchar o hacer caso de sus enseñanzas. A sus dedicados seguidores de hoy en día, este rechazo les parece espantoso. Pero, ¿estamos seguros de que en mayor o menor grado no permitimos que la materialidad pretenda tener prioridad sobre nuestra consagración a la espiritualización de la consciencia humana? ¿Están contaminadas nuestras aspiraciones intelectuales, oscureciendo nuestro pensamiento con el orgullo? o ¿estamos procurando escapar de la mortalidad mediante diversiones, contactos sociales, constante actividad, y privándonos así de la consagración a la espiritualidad? ¿Hemos pensado con sinceridad a qué le estamos dando prioridad en nuestra vida? ¿Podríamos responder con sinceridad que le damos prioridad a lo espiritual, a lo incorpóreo?
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