La Sra. González criaba periquitos. Tenía docenas de estos pequeños pájaros multicolores en una pajarera en el fondo de su casa. A Mariana le gustaba mucho ir a visitarla y verla alimentar y cuidar a estos hermosos pájaros.
Un día, la Sra. González ofreció regalarle a Mariana un periquito si le traía una jaula donde ponerlo. Mariana corrió a su casa a preguntar si podía comprar una jaula para pájaros, pero su mamá le dijo que en el presupuesto de la familia no había dinero adicional para esto.
Su mamá también le dijo que Dios es Amor divino y provee de todo bien a Sus hijos. Mariana pensó en esto. En silencio admitió que Su cuidado y bondad eran muy especiales, y que podía confiar en ellos.
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