En lo que parece ser una mezcla de bien y mal en la naturaleza humana, sólo el bien es verdadero. El mal es irreal; es meramente una ilusión, la misma ilusión que la Biblia nos indica en el Génesis cuando la serpiente habla con Eva sobre la advertencia de Jehová Dios acerca del árbol en medio del huerto. “La serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. Ver Gén. 3:1–6. La obediencia a una ilusión no abre los ojos a nadie; los cierra a la realidad del bien, la cual es y debiera ser nuestra única base para ayudarnos a nosotros mismos y a los demás.
En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy dice: “El sentido espiritual es el discernimiento del bien espiritual. La comprensión es la línea de demarcación entre lo real y lo irreal. La comprensión espiritual revela a la Mente — Vida, Verdad y Amor — y demuestra al sentido divino, dando prueba espiritual del universo en la Ciencia Cristiana”.Ciencia y Salud, pág. 505.
Como profesora de lectura terapeútica, he trabajado durante muchos años con estudiantes lentos, adultos retardados, estudiantes que no terminaron sus estudios, presidiarios y expresidiarios, los emocionalmente perturbados, y así por el estilo. En cada caso, lo que más he necesitado ha sido la habilidad de discernir entre el individuo y lo que fue diagnosticado como su dificultad. En otras palabras, se necesitaba la comprensión espiritual para reconocer que la Mente, o fuente divina, es únicamente buena. De esta manera se ha comprobado que la bondad, la espiritualidad, la armonía, la inteligencia y la sabiduría están presentes y que son expresadas por el hombre por ser él hijo de Dios.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!