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Reflexones Reconsiderando as noticias y los comentarios

Esta columna columna aparecerá de vez en cuando, ofreciendo una segunda oportunidad para reflexionar sobre las noticias y comentarios actuales, dentro del contexto de la Ciencia Cristiana.

“Camine usted por las calles de Nueva York, y al pasar por los...

Del número de abril de 1986 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

la cadena de radio CBS “Dan Rather informa”


“Camine usted por las calles de Nueva York, y al pasar por los salones de apuestas, los kioskos que venden billetes de lotería y los puestos de periódicos que venden los juegos de azar Wingo y Stingo, tendrá la impresión de que, en estos días, el juego por dinero no es sólo un pasatiempo o afición, sino que es una manía, una obsesión, y según algunos, es una enfermedad nacional...

“...Hace unos años, hablé acerca del juego legalizado con un anciano sabio inglés llamado Charles Benson. En Inglaterra, usted puede apostar a lo que quiera. Pero Benson dijo: ‘Jugar por dinero, hasta cierto grado, es un mal social porque, como otros llamados vicios inofensivos, es una debilidad. Cuanto más se debilite la gente, tanto más probable es que se meta en líos’. Hay otro argumento. Cuando Mario Cuomo, el gobernador del estado de Nueva York, dice que el juego por dinero es inevitable, y que el estado podría también obtener algunas de las ganacias y usarlas bien, bueno, eso es un argumento válido. Pero, éste es el argumento que todo los estados han usado cuando varias formas de juego por dinero, tales como loterías y los locales de apuestas, han sido legalizados. Muy a menudo, dicen algunos críticos, lo que los estados han logrado no es sólo sacar ganacias de un vicio existente, sino que han fomentando ese vicio al promover la idea de jugar por dinero... hay un elevado precio a pagar por nuevas fuentes de ingreso en las tesorerías estatales, y tal vez ésta sea la razón más profunda por la cual las ciudades y estados deban ponerse a recapacitar”.

Reproducido con permiso.

Comentario de los Redactores: Es útil “recapacitar” acerca de la diseminación del juego por dinero hoy en día. Ninguna sociedad puede evitar las consecuencias de su propio estado mental. El juego por dinero encierra mucho más que el mero hecho de perder el dinero que uno se ha ganado trabajando.

La idea que sustenta el jugar por dinero — el dejarse llevar por los dioses de la suerte y la fortuna, cifrando nuestras esperanzas de felicidad en una contra un millón de probabilidades de volvernos ricos — es ciertamente uno de los impulsos menos admirables de la humanidad. La tendencia es reforzar la desdichada impresión de que las necesidades y aspiraciones de la gente son materiales. Tal punto de vista no puede menos que empobrecer tanto a quienes se someten a él como a los que esperan explotarlo.

¿Qué puede hacerse al respecto? !Muchísimo! La oración sí cambia la atmósfera mental. Puede ayudar a romper el mesmerismo masivo, para que la gente perciba y reconozca la absoluta Practicabilidad — y recompensas sustanciales — de la moralidad. Mediante la oración, la humanidad llega a conocer mejor el Principio divino que gobierna sin recurrir a la suerte o casualidad, y que verdaderamente enriquece al individuo y a la sociedad.

La Biblia nos recuerda la promesa de la sabiduría divina: “Por vereda de justicia guiaré, por en medio de sendas de juicio, para hacer que los que me aman tengan su heredad, y que yo llene sus tesoros” (Prov. 8:20, 21).


Jehová es la porción de mi herencia
y de mi copa;
tú sustentas mi suerte.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
y es hermosa la heredad que me ha tocado.

Salmo 16:5, 6

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