Cuando leemos en los diarios o vemos en la televisión noticias de casos de torturas y desaparición de prisioneros políticos, es importante que no nos sintamos indiferentes o frustrados por la desesperación. Este artículo tiene por objeto demostrar que nuestras oraciones, cuando se basan en las verdades de las Escrituras, pueden por cierto ser útiles.
Cristo Jesús enseñó que el reino de Dios se ha acercado. Ver Marcos 1:15. La autoridad divina es infinitamente más poderosa que la injusticia humana. Nuestras oraciones, movidas por la comprensión de que todo el poder proviene realmente de Dios, pueden acrecentar el reconocimiento de la humanidad de que el reino de Dios se ha acercado y fomentar la receptividad a la autoridad divina. Ya sea que un prisionero encuentre un nuevo sentido de esperanza, o que una organización humanitaria localice a alguien desaparecido, nuestra humilde comprensión del gobierno de Dios, acompañada de las oraciones de otros, desempeña un papel en facilitar cada paso de progreso.
¿Comó oramos cuando ni siquiera sabemos quiénes son estos prisioneros o dónde están? Si bien no hay fórmulas para orar, a menudo es útil comenzar afirmando lo que la Biblia revela acerca de la naturaleza de Dios y del hombre. Aquí aprendemos que Dios es poderoso, benévolo, el poder que salva y guía. La Biblia ilustra que no hay un gobierno más poderoso que el gobierno de Dios.
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