Los derechos y la igualdad de la mujer han recibido un ímpetu poderoso en los últimos cien años. La sociedad ha adelantado en gran manera desde el tiempo en que las mujeres en casi todas partes no tenían ni siquiera el derecho de votar, a pesar de que todavía está muy lejos de terminar con la tendencia de subordinar a la mujer y denigrarla.
Con una mezcla de completa seriedad y un toque característico de irónico humor, Mary Baker Eddy, en cierta ocasión, observó: “Ahora ya no puede pasarse por alto la conclusión de que la mujer no tiene derechos que el hombre no esté obligado a respetar. Esta es la hora de la mujer, en todas las tendencias buenas, obras caritativas, y reformas actuales. Es difícil decir qué le es más perjudicial al corazón humano, si el elogio o el desprecio de la gente”. Escritos Misceláneos, pág. 245.
Como dedicada cristiana, ella seguía a Cristo Jesús como su Salvador y Modelo dondequiera que la guiara. Mediante el descubrimiento de la Ciencia Cristiana
Christian Science (crischan sáiens), había aprendido de la Ciencia pura del cristianismo que Jesús vivió, es decir, las leyes de la total bondad de Dios las cuales desechan a las supuestas leyes de la vida material. Escribió: “Sin embargo, para uno ‘nacido de la carne’, la Ciencia divina debe ser un descubrimiento. La mujer debe darla a luz. Debe ser engendrada por la espiritualidad, puesto que nadie sino los de limpio corazón podrán ver a Dios — el Principio de todas las cosas puras; y nadie sino uno de los 'pobres en espíritu' podía proclamar primero este Principio, podía conocer aún más de la nulidad de la materia y de la totalidad del Espíritu, podía utilizar la Verdad y reducir absolutamente la demostración del ser, en la Ciencia, a la comprensión de la época”. Retrospección e Introspección, pág. 26.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!