La escasez es un error tan común y fundamental en la experiencia humana, que a menudo se acepta y se soporta como algo inevitable. Hablo por experiencia. Después de haber sufrido años de escasez, con la constante preocupación por las deudas y lo que me deparaba el futuro, fui despertado por esta declaración en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy: “En la Ciencia divina, donde las oraciones son mentales, todos pueden contar con Dios como ‘pronto auxilio en las tribulaciones’. El Amor es imparcial y universal en su adaptación y en sus dádivas. Es el manantial abierto que exclama: ‘Todos los sedientos: Venid a las aguas’ ”. Ciencia y Salud, págs. 12–13.
Comencé a ver que aquel bien del que disfrutaban mis amigos y vecinos, y del cual yo parecía estar excluido, era tanto mi progenitura divina como la de ellos. La comprensión de esta verdad tan inspiradora empezó a destruir el mesmerismo que había ensombrecido mi vida diaria, y que había resultado en penuria, privación, y dudas acerca del mañana, así como del día de hoy.
La escasez — que es sólo una creencia en la limitación, basada en el sentido material de las cosas — cedió progresivamente ante la comprensión de que la sustancia es espiritual, el don de Dios, quien es Amor y cuida, y trae provisión perpetuamente a los hijos amados de Su creación espiritual.
Hoy recuerdo con profunda gratitud el desarrollo en mi consciencia de de las ideas espirituales de Dios, que, en las palabras del Salmista, han “cambiado mi lamento en baile”, Salmo 30:11. mi escasez en abundancia.
A pesar de lo que el cuadro material presenta, no tenemos que ser víctimas de la creencia de que la escasez es una condición continua e incurable. Ciencia y Salud declara: “Si calculáramos las perspectivas de nuestra vida sobre una base material, infringiríamos la ley espiritual y orientaríamos mal a la esperanza humana”. Ciencia y Salud, pág. 319.
No nos dejemos engañar. No tenemos que ser engañados. Cuando Cristo Jesús dijo a sus discípulos que hallarían en la boca de un pez Ver Mateo 17:27. el dinero para pagar los impuestos, ¿acaso no estaba el Maestro ilustrando la verdad espiritual de que la provisión es ilimitada y que puede llegar en formas inesperadas? ¿Estaba perturbado el Maestro por lo que a otros les parecía una tarea imposible, alimentar a cinco mil personas con unos pocos panes y unos pocos peces? Ver Mateo 14:15–21. El sabía que la abundancia del Amor infinito está siempre presente y que la comprensión y práctica de esta verdad son suficientes para satisfacer la necesidad humana en cualquier medida.
El hambre en Africa ha sido aliviada, hasta cierto punto, por la inspiración y la bondad divinas, expresadas en las medidas humanas que ha tomado la gente de todo el mundo para satisfacer esa necesidad. En la medida en que crezca el reconocimiento de que el Amor divino, cuando se vive, puede cuidar de la humanidad y proveer sus necesidades, sin restricciones ni prejuicios, y que se desvanezca la opuesta creencia de que Dios conoce y permite las privaciones y el hambre, el mundo gozará de más abundancia. Lo mismo ocurrirá con las personas.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando acepté un empleo en Londres, me vi frente a la tarea de encontrar vivienda para mi familia. Las casas para alquilar estaban muy escasas. Mi saldo bancario era exactamente de doce libras con cincuenta peniques. Parecía imposible que pudiera comprar una casa; pero con la ayuda por medio de la oración de un practicista de la Ciencia Cristiana hallamos una casa que se ajustaba exactamente a las necesidades de mi familia. Esto se resolvió de una forma singular.
Un pariente, que era abogado, me dijo que la casa de uno de sus clientes estaba a la venta. Se encontraba cerca de la línea de transporte que usaba para ir a mi trabajo. El salario que ganaba era adecuado para obtener una hipoteca por el cien por ciento del valor de la propiedad (no se requería cuota inicial), pero no tenía el dinero ni siquiera para cubrir los gastos legales. La casa parecía inalcanzable. Entonces tuve la siguiente idea: ofrecí a la vendedora pagarle el precio que pedía si ella cubría los gastos legales. Ella accedió gustosamente, y, a su debido tiempo, nos mudamos, llenos de gratitud.
Jesús dijo: “Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?” Lucas 12:27, 28.
Neguemos, con el poder irresistible de la comprensión espiritual y del amor desinteresado, la falsedad de la escasez, ya sea que pretenda existir en nuestra propia experiencia o en la de los demás. La Ciencia Cristiana ha venido a despertar a la humanidad a la vida de Dios y en Dios, el Espíritu, y así liberar a la gente de todos los males y enfermedades de la vida mortal, incluso la escasez. Y cada demostración de la verdad espiritual de que la provisión es el efecto del incesante flujo de ideas y cualidades espirituales que vienen de Dios hacia Su hombre, contribuye a la curación del individuo y del mundo de la deprimente pretensión de escasez.