María y su hermanita nunca habían ido a un circo. Por eso, María se puso muy contenta cuando supo que su abuela había hecho planes para llevarlas al circo. Comenzó a preguntar qué vería en el circo: ¿Habría payasos y osos, trapecistas y tigres? Llegó el día, y el abuelo, la abuela, la mamá, el papá y las niñas fueron en automóvil hasta el Coliseo y ocuparon sus asientos.
Pero María no se sentía bien, de modo que su abuela le dijo que se sentara en su falda, y empezaron a hablar en voz baja. —¿Qué aprendiste en la Escuela Dominical? — preguntó la abuela.
María estaba muy contenta de que su abuela la llevara a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Quería mucho a su maestra de la Escuela Dominical, le gustaban las historias de la Biblia que ella le contaba, y le encantaba lo que estaba aprendiendo acerca de Dios. En realidad, María ya había aprendido que Dios es Amor.
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