¿Una oveja perdida?
¿Y qué?
Puedes decir — sólo una se desvió,
¿para qué molestarse
a buscar en el desierto
al hijo solitario que se perdió?
Mas ese hijo perdido
pudo haber sido tú.
Recuerdo cuando
El me buscó
y sobre Su hombro me puso,
y del abandono me trajo
a la seguridad del rebaño.
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