Guárdame, Dios mío,
entre Tus brazos
tiernamente abrigada y protegida.
Aleja de mí toda soledad,
aleja de mí todo temor
en este día.
Del número de septiembre de 1987 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Guárdame, Dios mío,
entre Tus brazos
tiernamente abrigada y protegida.
Aleja de mí toda soledad,
aleja de mí todo temor
en este día.