¿Cuántas veces usted ha oído decir que alguien se sintió liberado de una situación angustiosa después de haber “recurrido a Dios’’? Pero, ¿qué significa exactamente esta expresión?
Ciertamente, para la humanidad es natural recurrir a Dios en busca de ayuda cuando todos los medios humanos han fallado. Quizás algunos piensen que no merecen ningún favor especial, o que en realidad no conocen a Dios ni dónde puede ser hallado; pero en lo más profundo de su ser abrigan la convicción de que sí existe un Ser Supremo, que es todo amor y que está dispuesto a ayudarles en momentos de gran necesidad. Esto da al corazón humano una esperanza inagotable.
Hay algo en particular que puede decirse sobre el recurrir a Dios y llegar hasta El, y es que éste es el primer paso, y quizás el más importante, hacia la curación de la aflicción humana, porque al comenzar de esta manera, en cierta medida, hemos dado la espalda al mundo material y sus limitaciones. Ya sea que lo reconozcamos o no, hemos comenzado a no aceptar la creencia de que la materia y las leyes materiales gobiernan el universo.
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