La felicidad como condición de agradable placer que depende de definiciones personales y variables, es muy prominente en el pensamiento humano hoy en día. Mucha gente estaría de acuerdo en que tal felicidad es de naturaleza un poco efímera, que se asemeja a la “niebla de la mañana” y “el rocío de la madrugada” que pronto se desvanecen, como nos dice el profeta Oseas.
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