Hay mucho ruido hoy en el mundo. Demasiada propaganda sensacionalista. Hay muchas causas, grupos que promueven intereses especiales, planes personales, que reclaman atención e influencia. En medio de todo el estrépito y el ajetreo, no es de extrañar que las personas sientan que es difícil que se las oiga, o que puedan escuchar. A veces parece que la sociedad trata de resolver todos sus problemas cubriéndolos de ruido.
Sin embargo, cuando alguien necesita sanar, es normal que anhele un poco más de tranquilidad, algo que llegue al corazón con gracia apacible, firme autoridad, compasión y poder. Esto es lo que muchos han descubierto cuando han recurrido al ministerio sanador de la Ciencia Cristiana. Es un ministerio de quieta oración, en el que se procura seguir el ejemplo del Salvador, Cristo Jesús. Es un ministerio cuyo objetivo es hacernos comprender la verdadera relación del hombre con Dios, o sea, su unidad con El. Ayuda a que la gente sienta lo cerca que Dios verdaderamente está en su vida.
En Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, hay un pasaje que se refiere al "santuario tranquilo" de la oración. Aquí, Ciencia y Salud habla de la necesidad de no dejar entrar los ruidos intrusos de los sentidos físicos y de volverse de todo corazón al todo poder de Dios. El pasaje también muestra las exigencias que son parte del discipulado cristiano. Como escribe la Sra. Eddy: "Para orar como se debe, hay que entrar en el aposento y cerrar la puerta. Tenemos que cerrar los labios y silenciar los sentidos materiales. En el santuario tranquilo de aspiraciones sinceras, tenemos que negar el pecado y afirmar que Dios es Todo. Tenemos que resolvernos a tomar la cruz y con sincero corazón salir a trabajar y velar por la sabiduría, la Verdad y el Amor".Ciencia y Salud, pág. 15. El libro de texto continúa y deja en claro que, para poder descubrir las respuestas sanadoras que estamos buscando, es de esencial importancia la manera en que vivimos lo que nuestras oraciones expresan.
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