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Bajo la sombra del Omnipotente

[Original en portugués]

Del número de marzo de 1989 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A Paula y a Ana les gustaba leer, dibujar y treparse a los árboles. También les gustaba correr. Un día, mientras estaban jugando, Ana se acercó demasiado al borde de un empinado barranco para juntar frambuesas, y se cayó. Se lastimó y fue corriendo a pedirle a su mamá que orara por ella. (Ana y Paula eran alumnas de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Allí habían aprendido muchas cosas sobre la curación espiritual y sobre cómo Cristo Jesús oraba y sanaba a la gente.)

Paula también vino diciendo: “Ana se lastimó porque fue desobediente. Ella sabía que no debía ir a ese lugar, por eso Dios no la cuidó”.

La mamá respondió que eso no era lo que habían aprendido en la Ciencia Cristiana. Les explicó que Dios siempre cuida a Sus hijos. Su amor está protegiéndonos siempre, pero debemos ser obedientes y ponernos bajo Su protección si queremos sentir Su amor. En uno de los salmos de la Biblia leemos: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré”. Salmo 91:1, 2.

Podríamos pensar que el amor de Dios es como una gran sombrilla abierta. Siempre está allí, con lluvia o con sol. Si nos ponemos bajo su sombra estaremos a resguardo del fuerte sol, y también de la lluvia. “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana”,Ciencia y Salud, pág. 494. dice la Sra. Eddy en Ciencia y Salud.

Dios es Verdad y Vida. En la Vida infinita no hay enfermedad, discordancia ni accidentes. Dios creó a Sus hijos a Su imagen y semejanza, por tanto, sólo podemos expresar cualidades divinas, como amor, salud y perfección. No existe causa o poder maléfico que pueda hacernos sufrir. Dios, que es bueno, no permite el mal ni causa errores. Si somos desobedientes, debemos tratar de mejorarnos, porque la desobediencia nos hace sentir mal. Pero Dios nos hace sentir bien y hace que conozcamos el bien, porque todo lo que El ha creado es bueno y perfecto. Cuando aprendemos esto, obedecemos a Dios con más amor, y estamos protegidos. Cuando amamos más a Dios, vemos cuánto nos ama El, y eso nos lleva a hacer lo correcto.

Ana y Paula escucharon con mucha atención lo que les explicó su mamá y le preguntaron qué debían hacer para estar “bajo la sombra del Omnipotente”. La mamá continuó diciendo que debemos usar lo que nos dice la Biblia, y Ciencia y Salud nos ayuda a comprender lo que dice la Biblia. En ese salmo, la Biblia dice que debido a que amamos a Dios y hacemos el bien nos suceden cosas buenas.

Ana y Paula hablaron con su mamá acerca de que ellas eran espirituales y perfectas por ser hijas de Dios. Sabían que en el reino de Dios no hay accidentes ni lastimaduras, y, ciertamente, Dios no había mandado ningún daño a Ana.

Muy pronto las lastimaduras ya no le dolían, y en unos días no tenía en las piernas ningún rastro de ellas.

Esta curación fue de gran ayuda tanto para Paula como para Ana. Cada una aprendió un poco más sobre el hecho de que Dios no causa ningún daño, pero sí nos sana.

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