Estoy agradecida por las muchas curaciones que he tenido como resultado del estudio de Ciencia Cristiana.
Cuando estaba en la escuela secundaria dejé de menstruar, y tenía un serio desorden con mi apetito. Yo no estaba practicando la Ciencia Cristiana entonces, aunque asistía a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. En la universidad, por medio de lo que había aprendido en la Ciencia, comencé a recurrir a Dios en busca de respuestas a mis problemas, y ocasionalmente llamaba a una practicista de la Ciencia Cristiana para que me ayudara.
La practicista oraba por mí y usualmente me refería a pasajes específicos en la Biblia y en los escritos de la Sra. Eddy para que yo estudiara. Yo estaba aprendiendo más sobre mi verdadera identidad espiritual como hija de Dios, y me esforzaba por expresar las cualidades espirituales derivadas de Dios en todo lo que hacía.
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