Cuando tenía alrededor de veinte años, quería conocer más acerca de Dios. Mi padre no podía contestar todas mis preguntas, pero hizo arreglos para que un profesor de religión me instruyera. Eso no me llevó a encontrar las respuestas espirituales que yo buscaba. Pasaron muchos años, y yo aún buscaba comprender a Dios.
Hasta que un día alguien me habló acerca de la Ciencia Cristiana y mencionó que cerca de mi casa había una iglesia filial. Al día siguiente fui a la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana. Las dos personas que allí trabajaban eran muy amables. Compré un ejemplar de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy.
Tenía muchos deseos de leer este libro. Al principio no lo entendía mucho. Había muchas declaraciones que requerían ser meditadas profundamente, así que estudié el libro a fondo. Al poco tiempo me hice miembro de La Iglesia Madre. Me sentía muy feliz de tener por fin una creciente comprensión espiritual de Dios.
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