Este es El Heraldo de la Ciencia Cristiana auspiciado por La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, la actividad mundial de difusión de La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts, E.U.A.
Wanjohi: Hola, soy
Derek: Y yo soy
Bienvenidos a El Heraldo de la Ciencia Cristiana.Wanjohi: En el programa de hoy vamos a hablar sobre el valor y el ser valiente recurriendo a Dios.
Derek: Veamos un problema mundial que realmente exige valor. Está relacionado con el abuso de poder. Algunas personas se aprovechan de las posiciones que ocupan en los negocios y el gobierno, y, si no se controla, este abuso a menudo alcanza tal nivel que se convierte en tiranía.
Wanjohi: Exactamente. Y, en dondequiera que estemos en el mundo, seamos afectados directamente o no, es preciso que hagamos frente a este problema con valor diariamente. Tenemos con nosotros a una practicista de la Ciencia Cristiana,
quien habla con uno de nuestros colaboradores, sobre este tema.Paul: Cuando me enfrento a la tiranía, el problema parece grande, demasiado grande para ser combatido. ¿Cómo encuentras valor cuando los desafíos parecen abrumadores?
Jeanne: Bien, podemos encontrar valor dentro de nosotros mismos, pero, a menudo, eso no es suficiente. Hay que profundizar más. Y la oración es la respuesta. Al buscar. ... esa presencia de Dios que está siempre con nosotros para ayudarnos, descubriremos que vencemos el temor y veremos la solución... He hallado eso en mis experiencias en la oficina. Al orar y escuchar la guía de Dios, pude tener el valor para enfrentar... algo que yo había creído que era permanente, enorme, malo y tremendo. Esa maravillosa sensación de Dios como Amor y la presencia del Amor con nosotros puede darnos la valentía que jamás soñamos tener.
Paul: Eso me recuerda una conversación reciente que tuve con un hombre de negocios en América Latina. Estaba atravesando por una situación agobiante en el negocio de su familia. Los dirigentes sindicales iban a cerrarle su compañía declarando una huelga, y lo extraño del caso es que sus empleados ni siquiera pertenecían a este sindicato. Era muy claro que se trataba de una situación injusta, y, sin embargo, si él no pagaba el dinero de la extorsión, lo iban a cerrar... No podía acudir al gobierno en busca de ayuda.
Jeanne: ¿Por qué no podía hacerlo, Paul?
Paul: Bueno, el gobierno hacía la vista gorda... Lo que me impresionó fue que este señor tuvo el denuedo de enfrentarse con los dirigentes sindicales y hablar con ellos sobre la moralidad. Grabamos parte de esta conversación que mantuvimos. Vamos a dejar que él nos dé su propia versión de lo ocurrido.
Jeanne: Me encantaría escucharla.
La huelga estaba decretada para el domingo siguiente.
Paul: ¿Y usted apeló a las autoridades gubernamentales para que lo ayudaran a resolver esto?
Pedro: No, porque las autoridades apoyan este tipo de actividad...; las autoridades del gobierno me dijeron que la única forma de solucionar esa situación era dando dinero. No acepté la idea de tener que dar dinero. Simplemente empecé a orar, a reconocer que Dios está con nosotros en cada paso que damos en nuestra vida. Y oré de esta manera porque si Dios es bueno, el hombre, como hijo de Dios, refleja las cualidades de su Padre-Madre Dios, tales como honestidad e integridad.
Paul: Por lo tanto, el momento crucial de la curación fue cuando usted reconoció que el hombre es hijo de Dios.
Pedro: Sí.
Paul: ¿Cambió la situación?
Pedro: Recibí otra citación, y me dijeron que tenía que darles dinero... Pedí hablar con uno de los dirigentes sindicales. Cuando hablé con él, le dije que nosotros estamos bajo la única Mente, y que esa Mente es Dios. Esa Mente es nuestro Padre, somos los hijos de Su creación, y Su creación sólo puede reflejar honestidad e integridad. Y le pedí que desistiera de su petición, porque nunca daría dinero para esa clase de actividad.
Paul: ¿Qué dijo ante eso?
Pedro: Se sorprendió mucho. Pude ver un cambio en su rostro. Inmediatamente, recuerdo que me dijo: “¿Es por su religión que no me dio el dinero?”
“No, es por mi comprensión de Dios”, le respondí, “por mi comprensión de lo que es moral”.
Y entonces me dijo que jamás en toda su actividad sindical alguien le había dicho algo semejante a lo que yo le había dicho. Y desistieron de la huelga.
Paul: Ahora bien, ¿fue ése el final? ¿Ha tenido otros problemas?
Pedro: No, nunca más. Y estoy muy agradecido por esta curación en mi experiencia... Cuando reconocemos que sólo tenemos un Dios, una única Mente, podemos aplicar esta verdad a todas nuestras actividades, a nuestra familia, a la ocupación a la que nos dediquemos, y hasta en la calle. Podemos reflejar Amor; podemos reflejar honestidad ante todo el mundo.
Jeanne: Paul, este señor realmente tenía valor ¿no te parece?
Paul: A mí también me impresionó...
Jeanne: Además trató un punto interesante sobre la religión.
Paul: ¿Qué quieres decir?
Jeanne: Bueno, dijo que le preguntaron si estaba ejerciendo este valor moral debido a su religión. Y él dijo que no, que era por su comprensión de Dios.
Paul: ¿Por qué haces esa distinción?
Jeanne: Bueno, me parece que la pregunta que estaban haciéndole implicaba que su Iglesia requería que él tomara esta posición, pero para él era esta comprensión más elevada de Dios lo que lo capacitó para tener valor moral y adoptar una posición contra algo que era incorrecto e injusto.
A menudo la gente cree que pueden salir del paso con el valor animal, que si ellos son lo suficientemente fuertes y mezquinos, tal vez logren lo que necesitan. En la Ciencia Cristiana he encontrado que entender más acerca del amor me da un mayor sentido de valor.
Paul: Pero eso es todo lo opuesto a ser muy fuerte y muy mezquino.
Jeanne: Sí, así es. El amor es poder, y estoy hablando del amor que proviene de Dios, del Amor que es Dios. Podemos comenzar a ver al hombre bajo una luz diferente. Y comenzamos a ver que el hombre es creado a la imagen y semejanza mismas de ese Dios, de ese bien, de ese Amor. Y eso es precisamente lo que me ha fortalecido en mi vida, el entender que puedo recurrir a Dios en toda necesidad... Que Dios siempre está allí.
Paul: Muchas gracias, Jeanne...
Wanjohi: Sabes, Derek, cuando pienso sobre el valor moral, recuerdo algunos de los ejemplos de la Biblia. La Biblia está llena de relatos de personas que se pusieron del lado de lo correcto, sin tener en cuenta lo que pudiera pasarles.
Derek: Por ejemplo, recuerdo a Moisés y el enorme valor que expresó al ir a faraón y exigir: “Deja ir a mi pueblo”. Y después tenemos la historia de Josué, quien heredó la impresionante responsabilidad de guiar a los hijos de Israel a la Tierra Prometida, después de la muerte de Moisés, por supuesto. Y Josué acudió a Dios y recibió confianza y seguridad. En el primer capítulo del libro de Josué, Dios promete a Josué: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”. Y la Biblia continúa: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. Josué 1: 5, 9.
Si desean escuchar un programa completo de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, escriban para recibir una lista de frecuencias de onda corta en su localidad: Letterbox; P.O. Box 860; Boston, MA, E.U.A. 02123.
He escrito acerca de la firmeza mental y espiritual que había en Jesús y que coexistía con una comprensión y una compasión extraordinarias... [Cuando trabajaba en la traducción de los Evangelios] al llegar a los “milagros” de los Evangelios no encontré en ellos nada incompatible con su carácter o con su manifiesta misión. No me produjeron la impresión de ser trucos mágicos celestiales dispuestos con el propósito de producir fe... Parecería que Jesús en muchos casos estaba en condiciones de llegar al centro mismo del problema y resolverlo con el amor que provenía de su autoridad.
Reimpreso de The Ring of Truth: A Translator's Testimony © 1967 por J. B. Phillips. Usado con permiso de Harold Shaw Publishers, Box 567, Wheaton, IL, E.U.A. 60189. Publicado en Inglaterra por Hodder & Stoughton, Ltd.