A Aarón le gustaba ir al jardín de infantes. Todos los días se sentaba en su propio pupitre, que estaba al lado del de su mejor amiga, Daniela. A veces compartían sus lápices de colores o se paraban uno junto al otro en la fila. Lo mejor del jardín de infantes era tener una amiga como Daniela.
Pero Aarón tenía que tener cuidado con una cosa. A veces estaba tan ocupado prestando atención a Daniela, que no escuchaba lo que su maestra, la Srta. Farrell, le decía a la clase. Y cuando no escuchaba lo que la Srta. Farrell decía, no sabía qué era lo que tenía que hacer.
Ultimamente, le estaba resultando cada vez más difícil escuchar en la escuela. Aarón sentía como si tuviera algo atascado en uno de sus oídos bloqueando el paso de los sonidos que debía oír. Aarón le contó a su mamá el problema que tenía y juntos oraron acerca de ello como lo hacen los Científicos Cristianos. Eso significa que se quedaron tranquilos y en silencio y comenzaron a pensar en Dios, que está siempre con nosotros. Dios es bueno, y Su bondad es nuestro modelo. El realmente nos hizo buenos como El.
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