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Seminario sobre conferencias

Conferencias: está soplando un viento fresco

Del número de junio de 1990 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una conferencia sobre Ciencia Cristiana en un centro comercial. En un parque público. Ante un grupo de trabajadores de las Industrias Goodwill en Los Angeles. En televisión en el estado de Nueva York, E.U.A. En una iglesia filial, que tradicionalmente había ofrecido conferencias fuera de la iglesia. En un congreso internacional de mujeres en el norte de Europa. En una capilla, como parte de un programa en el Pentágono, Washington, D.C. En una residencia para jubilados.

Los miembros de las iglesias filiales están encontrando nueva inspiración en la estipulación para conferencias en el Manual de La Iglesia Madre por Mary Baker Eddy. La Reunión Preparatoria Global sobre conferencias en el otoño de 1987 alentó a muchas personas a dar un nuevo enfoque a la actividad de conferencias, y a sus comunidades.

Hemos recogido informes de conferenciantes, de miembros de comités de conferencias y de personas que no son miembros de ninguna iglesia, que pensamos serían de especial interés para los lectores de esta sección. ¡Desearíamos contar con más espacio! Pero esta muestra de comentarios indica que la actividad es continua; que el trabajo se está realizando con señales que lo acompañan, y que podemos esperar más durante los próximos meses.

Horario de la conferencia: ¡7:30 a.m.!

Veamos las circunstancias — los horarios y lugares — que nuestro Maestro eligió para enseñar, predicar y sanar. Al amanecer, a orillas de un lago. Junto a un pozo de agua, al mediodía. Una cena en la casa de un fariseo. Incluso, aparentemente, junto a los sepulcros, no lejos de un hato de cerdos. Quizás, esa gran diversidad de escenarios pueda servirnos de clave hoy en día. ¿Cuáles son las posibilidades en cuanto a dónde, cuándo y a quiénes podemos ofrecer una conferencia sobre Ciencia Cristiana?

Un martes a las 7:30 de la mañana no me parecía la mejor hora para dar una conferencia sobre Ciencia Cristiana. Agreguen a eso la ubicación: una planta industrial en un viejo barrio comercial de Los Angeles. A primera vista era difícil considerar que la combinación de esos dos factores pudiera tener éxito. Pero cuando la estudiamos más a fondo, resultó ser una oportunidad para llegar a un público muy particular y compartir con él el mensaje del Cristo.

Varias iglesias filiales en el área de Los Angeles se unieron para auspiciar conferencias sobre Ciencia Cristiana en las Industrias Goodwill. Goodwill tiene como finalidad ayudar a la gente — en especial a quienes son considerados incapacitados — a desarrollar habilidades útiles y tener un trabajo estable. Parte del esfuerzo para ayudar a estas personas es una continua serie de charlas inspiradoras. Todos los trabajadores que deseen asistir son bienvenidos, pero no se les obliga a hacerlo. La concurrencia a cada una de las conferencias de Ciencia Cristiana fue de más de doscientas personas. Como uno de los conferenciantes, puedo decir que sería difícil imaginar un público más atento y más lleno de amor.

Y, desde un punto de vista técnico, los preparativos no podrían haber sido más simples. En realidad fue cuestión de darse cuenta de que la oportunidad ya existía, y utilizarla.

La idea de ofrecer una conferencia sobre Ciencia Cristiana es una idea que nos dio nuestra Guía. Antes que la Sra. Eddy nos la diera, Dios se la dio a ella. Es entonces una idea con una base divina. Quizás no sea tan sorprendente que la Mente infinita pueda no sólo impartir una idea maravillosa, sino también revelar un número infinito de nuevas formas de presentarla.

Comentarios del gerente de un centro de cultura hispana en el este de los Estados Unidos (tomados de notas). El presentó al conferenciante que dio una conferencia sobre Ciencia Cristiana en español y en inglés.

.. . Estoy muy contento de que su Iglesia esté ofreciendo conferencias sobre temas de interés para la comunidad, porque la dimensión espiritual es importante para resolver los problemas de la comunidad. Asistí a otra conferencia sobre Ciencia Cristiana el año pasado, sobre el tema "familia". Desearía que más iglesias hicieran este tipo de cosas.. . Si usted recibe en esta conferencia una sola idea que le sea útil, ya habrá valido la pena.

Titular de un periódico: "Comunidad espiritual.. ." Cuatro miembros de un comité de conferencias hablan sobre cómo amar más a su comunidad

: La primavera pasada nuestra iglesia patrocinó una conferencia titulada "El Amor divino: una respuesta al crimen". Y cuando estábamos orando sobre dónde debíamos ofrecer una conferencia sobre el crimen, se nos ocurrió ir a la policía y preguntar dónde era mayor la necesidad, dónde era mayor el porcentaje de crímenes. El policía mencionó dos áreas de la ciudad, y decidimos ofrecer dos conferencias el mismo día, una en cada una de estas áreas. El apoyo del conferenciante mientras realizábamos juntos los preparativos fue extraordinario.

: El comité de conferencias pensó que podía ser útil averiguar cómo pensaban los miembros de nuestra comunidad con respecto a los crímenes, y luego compartir esas ideas como una breve introducción a la conferencia. Decidimos preguntar a varios vecinos elegidos "al azar" si estarían dispuestos a ser grabados con una cámara de video.

: El comité convino en reunirse un sábado a las ocho de la mañana, para desayunar y planear la grabación, y luego ir juntos a entrevistar a varias personas. Bueno, nos tomamos una hora y media para desayunar, y luego fuimos a una oficina y miramos una computadora nueva. Para entonces era bastante obvio que estábamos haciendo tiempo. ¡Sentíamos temor de llevar a cabo este pequeño proyecto que nos habíamos propuesto!

Bill: Por último nos decidimos y dijimos: "¡Vamos!"

Lee: Nos reunimos en la lavandería "Bubble Up".

Janet: La lavandería estaba justo a una cuadra del centro comunal donde se daría una de las conferencias. No sólo invitamos a la gente a asistir a la conferencia; también queríamos escuchar sus opiniones respecto al crimen. Sentimos que hasta el escuchar era un acto de amor.

Sue: Estas personas son vecinas de nuestra iglesia, mientras que muchos de nuestros miembros viven a pocas millas, en los suburbios. Sentimos la necesidad de saber quiénes viven cerca de nuestra iglesia. ¿Quiénes son esas personas? Sentimos un profundo deseo de conocerlos más en base a un contacto directo, personal, con ellos.

Lee: Comenzamos a preguntarle a gente: "¿Se siente usted vulnerable al crimen?" Hablamos con varias personas que estaban dispuestas a hablar, pero preferían que no las filmáramos. Entonces di una vuelta a la manzana para orar, para ver con más claridad si eso era verdaderamente el paso que teníamos que dar para nuestra conferencia. Me di cuenta de que si estaba bien, era posible llevarlo a cabo; y si no lo estaba, probablemente no obtendríamos ni medio metro de filmación. Bueno, terminamos por filmar varias entrevistas interesantes, y pudimos prepararlas para exhibirlas. Los miembros de la iglesia estaban entusiasmados con esto, y, a pesar de que la película era un poco casera, resultó eficaz, informal y directa cuando la exhibimos antes de cada conferencia.

Sue: Y fue lindo conocer a esas personas. Recuerdo que mientras tomaba notas durante las entrevistas, identifiqué a un entrevistado como "el hombre del saco verde". Y cuando hablamos, llegó a ser mucho más que el hombre del saco verde. El era nuestro vecino, ¡y vino a la conferencia! Después pidió un ejemplar de Ciencia y Salud, y desde entonces ha asistido a otras dos conferencias que hemos dado.

Janet: Un periódico del barrio dedicó una página completa a la conferencia que se iba a dar, tomando datos del informe a la prensa que les habíamos entregado. El titular era: Spiritual Community: Fighting Crime Through Love (Comunidad espiritual: luchemos contra el crimen por medio del Amor). ¿No es maravilloso?

Algunos extractos de un registro de respuestas a la videoconferencia "El tañido de la Verdad"

• Una mujer que indicó que había estado interesada en la Ciencia Cristiana, pero que no es miembro de ninguna iglesia, dijo que sintió que la conferencia era un buen comienzo para personas como ella. Siente que hay muchos que están esperando escuchar de qué se trata la Ciencia Cristiana y cómo puede ayudarlos en su vida diaria.

• Una persona que llamó por teléfono dejó el siguiente mensaje: "Acabo de ver la televisación del mensaje del Domingo de Pascua. No soy Científico Cristiano, pero me considero un cristiano activo. Me impresionó mucho esta televisación, y sólo deseaba expresarles mi profundo agradecimiento".

• Después de la conferencia, llamó por teléfono una señora que había recibido una invitación para la conferencia de una amiga quien es miembro de nuestra iglesia. Ella es presbiteriana.. . Habló de la conferencia con entusiasmo y expresó su agradecimiento por haber recibido la invitación.

• Otra señora que llamó estaba muy interesada en Mary Baker Eddy. Deseaba saber si habría otros programas y preguntó si podía obtener información sobre visitas a las casas de la Sra. Eddy.

Amar a la comunidad: un conferenciante recuerda un momento decisivo en su labor

Al igual que en la práctica sanadora de la Ciencia Cristiana, la razón para dar una conferencia debe ser el amor. Por cierto que mi misión no es "llevar la Verdad a un determinado lugar". La Verdad ha estado allí desde mucho antes que yo ni siquiera sepa dónde voy a dar la conferencia.

En cierto sentido siempre he sabido esto, pero realmente lo aprendí cuando tuve una experiencia que me recuerda un pasaje de Job: "De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza" (42:5, 6).

Estaba caminando en la zona céntrica de una comunidad donde tenía que dar una conferencia al día siguiente. Con franqueza, el lugar parecía terriblemente desolado y desalentador. Me pregunté si valía la pena dar una conferencia allí. A quienes vivían en ese lugar, ¿qué podría importarles lo que yo tenía que decir? ¡Aparentemente allí había muy poco que mereciera ser salvado o preservado! Sin lugar a dudas, yo estaba aceptando de lleno los informes desalentadores que había escuchado y leído sobre esa ciudad.

Me sentí muy deprimido y molesto. Sabía muy bien que no podía admitir ese tipo de sentimiento y al mismo tiempo dar una conferencia ¡especialmente sobre Ciencia Cristiana! Sin embargo, no podía liberarme del desaliento y la desesperanza. De modo que me puse a orar, y prácticamente hice pocas otras cosas durante todo el día.

Por último, desesperado, pidiendo a Dios una respuesta, abrí la Biblia, y esto fue lo primero que vi (Ezequiel 48:35): ".. . Y el nombre de la ciudad desde aquel día será: Jehová está allí" (según la Versión King James).

¿Es necesario que describa lo que sentí? ¡Cuánto amé aquel lugar! Y nunca más me he dejado mesmerizar por la apariencia física de una comunidad, ya sea decadente o tan materialmente opulenta que no dé muestras de tener anhelos espirituales. El Amor nos da la compasión necesaria para discernir y darnos cuenta de los desafíos especiales que enfrenta una comunidad. Luego se siente la urgencia de sanarlos. Pero, por supuesto, debo sanarme yo mismo de creer que lo que está ocurriendo tenga el poder de tomar como víctima a la gente, ya sea individual o colectivamente. Debo orar para asegurarme de que no puedo ser llevado a usar la conferencia como un "disparo" contra los síntomas, en lugar de hacerlo contra las falsas pretensiones que hay detrás de ellos. He comprobado que esto requiere mantener el pensamiento a tono con Dios y escuchar. Si meramente trato aquello que la mente mortal quiere que trate, corro el peligro de convertirme en un trabajador social secular (lo cual no es mi labor), o en alguien que simplemente dice cosas para hacer que la gente se sienta bien por un tiempo porque alguien está, por lo menos, hablando sobre sus problemas.

Mi oración como conferenciante de la Ciencia Cristiana es "Padre, ¿qué es lo que deseas que diga?" Antes de dar una conferencia siempre oro específicamente para saber que todos en el auditorio — incluyéndome a mí.. . ¡especialmente yo!— podemos oír lo que Dios quiere que sepamos.

No existe ningún medio humano por el que yo pueda conocer en particular los problemas, temores y conceptos erróneos de cada uno de los que me están escuchando; pero estoy convencido de que el corazón de cada uno de ellos se sentirá consolado, guiado, y percibirá una razón para tener esperanza. Y, sobre todo, que aquellos que realmente buscan la Verdad, escucharán algo que, aunque lo rechacen al principio, permanecerá en ellos y removerá su pensamiento hasta que vean la Verdad.

Mientras doy la conferencia, estoy constantemente atento a ser fiel a "Una Regla para móviles y actos" (Manual, Art. VIII, Sec. 1). Siento que lo que debo al público es dejar de lado mi "yo" (todas mis preferencias, gustos, aversiones, juicios, temores, etc.) para poder discernir la necesidad del momento. La ocasión definitivamente no es mi oportunidad de "brillar" para darme importancia a mí mismo, sino un momento precioso para que todos veamos y sintamos la luz del Cristo, la Verdad. Es por esto que es tan importante para mí saber de dónde ha venido el mensaje. Si puedo decir con honestidad que surgió del Amor, la Verdad y la Vida, entonces sé en mi corazón que está respondiendo a todo lo que parezca estar tratando de resistir o desafiar la conferencia. Confío en la premisa de que la Verdad, la Vida y el Amor son imparciales y universales.

El sábado anterior a nuestra conferencia, nuestra iglesia patrocinó un puesto de información en una zona muy activa del centro de la ciudad. Algunos de los resultados fueron que alguien que había visitado este puesto de información concurrió a la iglesia el domingo siguiente, y también a la conferencia por la tarde. Se registró un nuevo alumno en la Escuela Dominical.. . y hubo nuevos asistentes a los servicios religiosos de los domingos y los miércoles.

De una iglesia de la República Federal de Alemania

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