Me criaron en una religión que no era cristiana. Sin embargo, cuando yo era adolescente, dejé de hacer las oraciones porque no comprendía las frases que tenía que aprender de memoria. Pero, cada día oraba con mis propias palabras y a mi manera. Continué con esta práctica hasta que tuve algo más de treinta años.
Entonces un año me puse muy enferma. De acuerdo con el diagnóstico médico, yo tenía cáncer en estado avanzado. Fui operada dos veces, y recibí muchos tratamientos de radiación, pero sin resultado. Los médicos informaron a mi esposo y a mis padres acerca de la gravedad de mi enfermedad, y les dijeron que yo no podría vivir más de algunos años.
En esa época una cuñada empezó a interesarse en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens). Ella me visitaba todos los días y me contaba acerca de la maravillosa religión que había encontrado. Pero yo no estaba interesada ni en su conversación ni en sus explicaciones. Entonces un día pensé que podía detener la corriente de sus palabras preguntándole si ella podría proporcionarme un libro sobre la Ciencia Cristiana para que yo pudiera estudiar por mí misma. Mi cuñada estuvo muy complacida con mi solicitud, y al día siguiente me trajo el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy.
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