Nuestra Hijita Menor estaba llorando porque nadie en la familia podía entender lo que estaba diciendo. Sabíamos que algo se le había caído del bolsillo, algo especialmente precioso para ella. Yo oraba con el deseo de ayudarla, y eso era algo que toda la familia tenía que hacer con frecuencia al comunicarse con ella. Anhelábamos que se sanara de una seria dificultad que le impedía hablar claramente. Al orar por ella, yo percibía que quien tuviera una dificultad para hablar podía liberarse de ella. Era muy consolador tener fe en que nuestras oraciones incluían a todos, y podían bendecir a nuestros hijos y a todos los demás.
Desde el momento en que la niña comenzó a hablar, la mayor parte del tiempo apenas podíamos adivinar lo que estaba diciendo. Como Científica Cristiana yo sabía que la belleza y perfección de Dios eran expresadas por nuestra hijita en su verdadero ser, la imagen espiritual de Dios. Este hecho divino tenía que probarse por medio de la práctica de las verdades espirituales que la Biblia y la Ciencia Cristiana enseñan.
A medida que oraba para ayudar a la niña a encontrar lo que había perdido, noté un librito pequeño en cuya cubierta aparecía la fotografía de una autora importante con su hija. En la fotografía la niña estaba abrazando a la madre. Al pensar en las palabras pronunciadas por nuestra hijita y que no podíamos entender, me vino a la mente la palabra abrazando. Entonces le pregunté a la niña si ella nos estaba diciendo que había perdido una foto de una niñita abrazando a su madre. Muy contenta asintió con la cabeza. Sus lágrimas se convirtieron en sonrisas cuando finalmente recibió la anhelada respuesta y la foto.
A la hora de acostarse nuestras dos hijitas oraban la siguiente oración, escrita para los niños por la Sra. Eddy, que aparece en Escritos Misceláneos:
Padre-Madre Dios,
en Tu amor,
guárdame al dormir,
guía mis pies al ir
de Ti en pos.
Después de oír a su hermana decir la oración, ella solo podía decir en inglés entrecortado: "Yo oro lo mismo, Dios". Nosotros sabíamos que anhelaba hablar tan claro como su hermana y los demás niños.
Yo oraba por todos, por mi familia y por el mundo. La oración por la humanidad ha sido a menudo una puerta abierta hacia la curación. Es una oración que uno sabe que recibe respuesta porque se siente una silenciosa seguridad interior tan poderosa y convincente como si se escucharan palabras.
La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: "La Ciencia declara que la Mente, no la materia, ve, oye, siente y habla". Pensé en estas palabras de Cristo Jesús en la parábola del hijo pródigo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas" (Lucas). Me sentí muy inspirada al saber que este hecho espiritual promete todo el bien para todos.
En la pared de muchas de las iglesias filiales de la Ciencia Cristiana está grabada esta declaración de Ciencia y Salud: "El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana". Mi familia y yo meditamos profunda y reverentemente sobre esta santa promesa con su poder para sanar.
Mi madre iba a venir a almorzar con nosotros un día en que estábamos orando con profunda confianza que el Amor divino realmente "responde a toda necesidad humana". Al entrar mi madre a la casa preguntó: "¿Puede Patricia hablar un poco mejor?" Poco después, cuando nos encontrábamos reunidos en torno de la mesa del comedor, nuestra hijita nos dio mucha alegría al decir perfectamente: "Puedo decir Dios, puedo decir bien; puedo decir Amor; puedo decir todo lo que quiero". Y ¡qué bien podía hacerlo! Por esta bella curación de la facultad del habla, nuestra familia estaba sumamente agradecida.
Mientras estuvo en el jardín de infantes y el primer año escolar, la niña recibió calificaciones muy bajas. En el segundo año, después de su curación de la dificultad para hablar claramente, todas sus calificaciones fueron altas. Su maestra nos escribió a mi esposo y a mí diciendo que en todos sus años de enseñanza nunca había visto una mejoría tan notable en ninguno de sus alumnos. Ella consideraba que este maravilloso cambio era un milagro.
Cuando esta hija estaba en la escuela superior fue escogida para representar a la institución en un programa de televisión en la ciudad más grande del estado. Los funcionarios dijeron que la habían escogido por su manera excelente de hablar y por su confianza en sí misma. Más tarde, su escuela volvió a escogerla para participar en la asamblea estatal de talentosos estudiantes de elocución. Esta niña, cuya familia anteriormente rara vez podía entender sus palabras, se encontraba entre aquellos que recibieron los más altos honores en el estado por su elocución.
Con respecto a la curación del habla, recuerdo este himno del Himnario:
La voz de Dios fue la que habló
En la quietud del corazón,
Y despertó el buen pensar,
Los sueños vanos destruyó.
Kent, Ohio, E.U.A.
No recuerdo todos los detalles de mi dificultad para hablar, pero recuerdo vivamente cuando estaba con mi familia a la hora del almuerzo y entreteniéndome con un juego imaginario de indios y vaqueros, y de pronto pude hacer los sonidos fuertes de la c y la g, sonidos que anteriormente no había podido pronunciar. Esto me dio mucha alegría.
Estoy naturalmente muy agradecida por la solicitud de mi madre y por su firme convicción en el poder sanador de Dios. Estoy muy agradecida por la Ciencia Cristiana que continúa bendiciéndome al igual que a mi familia. Es interesante indicar que mi profesión actual es la de profesora de inglés.
Viena, Austria
