Los relatos de la Biblia sobre los profetas y aquellos que oyeron la voz de Dios y hablaron con Él, siempre han estado muy cerca de mi corazón, y cuando era alumno de una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana solía preguntarme cómo podría yo hacerlo.
En el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe: "Los patriarcas, inspirados por el Alma, oían la voz de la Verdad, y hablaban con Dios tan conscientemente como un hombre habla con otro hombre". En otra parte del mismo libro, ella explica la realidad espiritual que sirve de apoyo a esta posibilidad: "La intercomunicación proviene siempre de Dios y va a Su idea, el hombre".
Con los años he llegado a comprender que en verdad Dios está hablándonos constantemente a cada uno de nosotros. Es el sentido del Alma, o reino de Dios, en cada uno de nosotros quien responde a esta intercomunicación. Humanamente nos podemos referir a ella como intuición espiritual, conciencia, sentido moral, la habilidad para diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto y cosas por el estilo. Lo llamemos como lo llamemos, sea cual sea la manera individual en que lo expresemos, y aun si pareciera estar adormecido, el reino de Dios está entre nosotros, sin tener en cuenta la raza, la nacionalidad, la posición social, el color ni las creencias religiosas. Ciencia y Salud declara: "Ese reino de Dios está 'entre vosotros' — está al alcance de la consciencia del hombre aquí mismo, y la idea espiritual lo revela. En la Ciencia divina, el hombre posee conscientemente ese reconocimiento de la armonía en la medida en que comprenda a Dios".
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