¡Qué maravilloso
Es saber que para Dios
Todas las cosas son posibles!
Saber, que en este día, a esta hora,
Puedo empezar
A desafiar toda sutil pretensión de pecado
Que intente engañar, demorar
Mi reconocimiento del perfecto camino por
Dios marcado.
Con motivos puros
Humildemente busco, y encuentro
Que todas las cosas son posibles para la Mente.
Ninguna amenaza de presagios funestos puede
triunfar
Al confiar en el Amor que responde a toda mi
necesidad.
Montañas de disputas y temor
Se disuelven y desploman
Cuando el amor reemplaza al odio — donde
Dios es Todo.
Cada tormenta de duda es calmada
Y la fe es renovada.
Cada día se convierte en oración de gratitud.
Pues seguramente la gratitud muy amplias
abrirá
Sendas de Dios para sanar la marea mortal
De incredulidad. Hasta que, a una sola voz,
Por doquier orarán los hijos de Dios,
Padre, todas las cosas son posibles Contigo,
¡Hoy!

Todas las cosas son posibles
Del número de enero de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana