El Año Pasado ha estado lleno de desafíos y victorias. En mi estudio de la Ciencia Cristiana, he aprendido que solamente la persistencia en la Verdad y la perseverancia nos capacitan para sobreponernos a las pruebas.
Mi esposo ingresó a cierta iglesia y empezó a tener varias creencias. Llegó a la conclusión de que sería necesario separarme de mi madre y, por último, separar a mi hijo de mí. Se llevó al niño a otro país y lo dejó allá con parientes, sin mi permiso.
Parecía que había muchos obstáculos a los cuales tuve que sobreponerme durante esta larga y tormentosa noche. Me aferré a la verdad de que el hombre de Dios no puede ser confundido y que el temor no es parte del verdadero pensamiento del hombre. También oré para saber que la armonía es la ley de Dios. Más que todo, fui guiada suavemente a comprender que no puede haber separación entre el Padre-Madre, la Mente, y la idea de la Madre. Esto me inspiró mucho.
Finalmente, la curación vino después de muchos meses de oración y de aferrarme a la verdad. A través del poder del Amor divino mi madre, mi hijo y yo nos reunimos de nuevo, aunque aún estoy separada de mi esposo. No fue fácil, pero el Amor estuvo a mi lado a cada paso del camino e iluminó mi jornada.
El crecimiento espiritual que vino con este desafío ha sido grande, y aún continúa. Dos himnos del Himnario de la Ciencia Cristiana fueron de mucha ayuda y me sostuvieron durante las negras horas de aquella pesarosa noche. Estas palabras de uno de los himnos fueron especialmente de mucha utilidad:
Y si duras pruebas te hacen padecer,
Mediante Mi gracia las has de vencer;
No daña la llama, crisol ideal,
Consume la escoria, refina el metal.
También estoy agradecida en informar que no tengo resentimiento hacia mi esposo en lo más mínimo, lo que prueba la eficacia de la curación por la Ciencia Cristiana.
Una amiga una vez me comentó durante esta prueba que ella ha aprendido lo sostenedor y real que puede ser el cristianismo cuando se practica de manera adecuada. La paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión o entendimiento humanos, indudablemente protege nuestro corazón y mente, por más largas o dolorosas que sean nuestras pruebas. A través de la gracia suficiente del Amor me ha venido la alegría.
Ibadan, Oyo State, Nigeria