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Enfrentemos el desafío de la adicción a las drogas

SEMINARIO

Del número de diciembre de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En seminarios y testimonios de curación publicados anteriormente, se han incluido experiencias de personas que superaron el problema de la adicción a las drogas y sus efectos en las familias. Este seminario analiza algunos de los temas más amplios que hay detrás de la adicción a las drogas — los desafíos que implica poner tras las rejas a los narcotraficantes, la enorme magnitud de la red del narcotráfico, la creación de cuasi-gobiernos encabezados por los amos de la droga que tienen ejércitos privados — y un arma olvidada en su mayor parte en la lucha contra las drogas: la oración.

"EL JUICIO DIO MUESTRA DE COMO SE AUTODESTRUYE EL MAL"

La Primavera Pasada presidí el juicio de un prolongado caso de narcóticos. Como juez, había presidido muchos juicios de narcóticos a lo largo de los años, pero en éste la evidencia era particularmente atroz. El caso se refería a un área que abarcaba una cuadra, en la cual la cantidad de heroína y cocaína (específicamente "crack") que se vendía en esa calle era asombrosa, especialmente teniendo en cuenta que esta misma escena se repetía una y otra vez en otras localidades de nuestra gran ciudad.

Las autoridades federales habían llevado a cabo una investigación concienzuda, y tanto los vendedores como los líderes de la operación fueron arrestados y procesados.

Creo que lo que ocurrió a medida que fue avanzando el juicio, y que llegó a ser una evidencia fundamental, demuestra el poder de Dios y la autodestrucción del mal. Este juicio en particular involucraba a los líderes del complot. También estaba involucrado un joven que había trabajado para ellos como uno de sus vendedores en la calle. Había sido arrestado y luego había decidido colaborar en el proceso testificando contra sus antiguos jefes, que eran los acusados. Este joven estaba en la cárcel, esperando a ser llamado a testificar. Los acusados enviaron a un abogado a visitarlo quien le transmitió una amenaza: la vida de su madre y de su hermanito estaría en peligro si él testificaba. El abogado logró que el joven firmara una confesión falsa en la cual afirmaba que nada sabía sobre ningún negocio de los acusados con la droga.

Resultó que lo que los acusados pensaron que iba a ayudarlos fue lo que aseguró definitivamente que fueran condenados. El joven al que habían amenazado tuvo mucho valor. No sólo dio testimonio sobre los negociados de los acusados con la droga, sino también sobre el intento de impedir su declaración, y ese testimonio fue demoledor. Uno de los abogados de la defensa pasó horas tratando de lograr que se contradijera, durante el riguroso interrogatorio. Obviamente el abogado pensó que el joven era una persona bastante ingenua y que podría manipularlo. Pero en vez de esto el joven se mantuvo muy firme. No se contradijo en ningún momento, sino que virtualmente aniquiló lo que su interrogador trataba de probar.

El cabecilla del grupo de narcotraficantes fue sentenciado a veinticinco años de prisión, y los demás a condenas más cortas, pero, de todos modos, severas.

EL PODER DE DIOS Y LA AUTODESTRUCCION DEL MAL: ¿TIENE ESTO ALGUNA RELACION CON LOS PROBLEMAS CONTEMPORANEOS RELACIONADOS CON LA DROGA?

Mucha Gente siente que el problema de la droga es tan enorme y tan difícil que nadie tiene una idea real de cómo enfrentarlo. Escuchamos una y otra vez que por cada narcotraficante encarcelado, hay diez para reemplazarlo.

Otra cara de la historia es lo que sucede en países donde los productores de cocaína casi parecen constituir otro gobierno, con un descomunal erario, y con sus propias fuerzas armadas. Mucha gente piensa que el problema de la droga es simplemente incontrolable. Entonces se plantean los interrogantes: ¿Podemos derrotarla? ¿O va a derrotarnos?

Cuando buscamos las respuestas a estas preguntas no podemos hacer nada mejor que ver qué nos enseñó Cristo Jesús. El no abrigaba ninguna duda acerca del poder total de Dios, aquí y ahora, en los asuntos humanos. Comenzó su ministerio diciéndole a la gente: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado". Y al final de su carrera, dijo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra". Jesús explicó claramente que él no hablaba de un poder personal, sino del poder del Cristo, la expresión de Dios que él encarnaba y demostraba.

Cuando pensamos en el "reino de los cielos" es útil recordar que la palabra reino es tan importante como la palabra cielo. Y Jesús sabía muy bien lo que era un reino. Judea, donde vivía Jesús, había estado durante muchos años bajo el férreo dominio del Imperio Romano. De modo que Jesús conocía muy bien el poder, la autoridad y la importancia de un reino humano en aquellos días. Cuando dijo que el reino de Dios está cerca, era una forma de decir que Dios no es un intruso que débil y ocasionalmente se mezcla en los asuntos humanos, sino que es el poder que debemos tener en cuenta. Y él dijo algo que es aún más notable: "El reino de Dios dentro de vosotros está" (según la versión King James).

Si es verdad que el reino de Dios está en cada uno, entonces ¿por qué la gente vende y usa narcóticos? Como una forma de abordar esta pregunta analicemos lo que Jesús dice sobre el mal. Los que siguen son pasajes que quizás nosotros tratemos de evitar, pero sus enseñanzas sobre el mal vigorizan y reconfortan. Destruyen la creencia de que el mal puede prevalecer de una manera desenfrenada, y nosotros ser sus víctimas. Jesús se refirió a su época como "generación mala". Dijo: "No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada". Y también esto: "Fuego vine a echar en la tierra... ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión".

Este es el mismo Jesús que dijo a sus discípulos: "La paz os dejo, mi paz os doy". Y que dijo que no era la voluntad del Padre que uno de sus pequeños pereciera. ¿Significa esto que Jesús amaba en algunos momentos y odiaba en otros? De ninguna manera. El estaba afirmando el hecho de que el poder de Dios es totalmente eficaz para hacer frente a todas las fases de la condición y del carácter humanos. Jesús no era sentimental. El sabía que el efecto del Amor divino sobre el mal es la destrucción del mal.

¿Tiene este punto de vista bíblico alguna relación con lo que está ocurriendo en las calles, en las casas del "crack", en los campos de cocaína, y en las fábricas que la producen? Usted sabe cuál es la duda que se presenta: "Quizás por allí en algún lugar esté el reino de Dios. Quizás en algún lugar la espada del Espíritu esté haciendo frente a alguna forma inocua del mal. Pero el problema de los narcóticos es demasiado serio, demasiado difícil de resolver y de todos modos está aquí, y Dios no está en ningún lugar donde pueda ser visto".

En la gran novela de Tolstoi, "La guerra y la paz", el argumento está centrado casi en su totalidad en la invasión de Rusia por Napoleón. A principios del siglo diecinueve Napoleón era considerado como la encarnación misma del mal en casi toda Europa. Cincuenta años más tarde Tolstoi escribió que todos veían claramente que la causa de la derrota del ejército de Napoleón en 1812 había sido la invasión a Rusia. Pero nadie lo previó en aquel momento, y menos aún Napoleón. Allí estaba el mejor ejército del mundo, comandado por el mejor general, avanzando contra el inexperto ejército ruso, que tenía la mitad de aquel poderío. Napoleón concentró todos sus esfuerzos y toda su determinación en avanzar hacia Moscú, casi en el comienzo del invierno — a pesar de que los inviernos rusos eran conocidos por ser terribles — e hizo así justamente lo que produjo su caída. Para Tolstoi, el mal hará exactamente lo que lo llevará a su propia destrucción, aunque el punto de vista humano y normal de las cosas generalmente no se da cuenta de esto hasta que el proceso ya está consumado.

La autodestrucción del mal bajo la ley de Dios es fundamental en el problema de los narcóticos. El análisis material de las cosas no nos hace llegar a esta conclusión, puesto que un análisis material simplemente no nos permite ver la escena completa.

Los amos de la droga no están fuera del control de Dios, aunque piensen que son invencibles. Bajo la ley suprema de Dios se verá que ellos están haciendo exactamente lo que provocará su caída. La historia humana está llena de ejemplos de esto. En The Age of Faith (La era de la fe), el historiador Will Durant habla sobre el aparentemente invencible y monstruoso imperio que Atila el Huno construyó en el siglo quinto de nuestra era, pero él dice que después de un corto tiempo "se quebró en pedazos y desapareció".

EL REALISMO QUE DISMINUYE LA DEMANDA DE DROGAS: "AHORA ESTOY APRENDIENDO A REALIZAR ACTOS VERDADERAMENTE REVOLUCIONARIOS".

Cuando Yo Era más joven y consumía drogas, mis amigos y yo lo veíamos como una alternativa. Pensábamos que éramos revolucionarios, y más aún, veíamos esto como un acto revolucionario, como parte de la creación de una cultura alternativa, que nos llevaría por un camino mejor.

Además, parecía proporcionarnos muchísimo placer, hacernos sentir bien y olvidarnos de la realidad. Pero al poco tiempo, el consumir drogas dejó de ser tan placentero y se transformó en un hábito, y trajo efectos no tan placenteros, tales como grados variables de adicción, pérdida de las facultades mentales y una sensación cada vez mayor de paranoia. También se hizo evidente que los problemas de los que creíamos estar escapando y dejando atrás — egoísmo, engaño, etc. — de alguna manera los habíamos trasplantado a nuestra propia subcultura.

Al dejar el uso de las drogas y "regresar" a Dios y al estudio de la Ciencia Cristiana, puedo ver que no éramos tan revolucionarios como pensábamos. Habíamos intentado huir, escapando de lo que pensábamos que era la realidad y nosotros mismos. Y en lugar de una alternativa, en realidad, habíamos intentado simplemente otra forma de lo que habíamos rechazado, buscando nuestra propia satisfacción cediendo al materialismo.

Ahora estoy aprendiendo a realizar actos verdaderamente revolucionarios, tales como obedecer las leyes de Dios, y vigilar mi pensamiento para cambiarlo y ponerlo de acuerdo con las ideas de la única Mente, Dios. Estoy aprendiendo a ver la verdad de la armonía y la realidad espirituales, incluso frente al testimonio contrario, y aparentemente poderoso, pero erróneo, de los sentidos materiales.

Esta revolución, en lugar de apartarme de la sociedad y hacerme sentir vacío, me colma con el amor siempre presente de Dios, y me acerca a mi prójimo y a mi verdadero ser espiritual.

¿CUAL ES NUESTRA FUNCION?

Si Dios Esta en el campo de batalla y está destruyendo al mal, ¿cuál, es nuestra función? Consideremos a Jesús, el Mostrador del camino. No tenemos conocimiento de que la adicción a los narcóticos fuera un problema tan frecuente en la época de Jesús. No se menociona en las historias que leemos habitualmente. Pero había muchos problemas comparables en su alcance. En el mundo romano la esclavitud era común; la clase imperial gobernante frecuentemente era cruel y libertina, y muchos elementos de la sociedad eran realmente adictos a las desviaciones sexuales de la peor clase. Jesús se refirió a sus contemporáneos como una "generación adúltera y pecadora".

¿Qué hizo Jesús? En primer lugar, lo más importante que hizo fue alcanzar — y mantener firmemente — un sentido espiritual puro de la realidad. Vivió en el mundo durante un tiempo, y dijo a sus seguidores que los estaba dejando en el mundo, pero dijo que él había vencido el mundo. ¿Cómo lo hizo? En el lugar más importante: en el pensamiento, con su espiritualidad.

Sobre la base de su espiritualidad y de su incesante oración, predicaba a aquellos que eran receptivos, y los sanaba. Todos los problemas del mundo no desaparecieron instantáneamente. El cumplió con su responsabilidad, y luego confió completamente en que la ley divina — el reino de Dios — haría el resto.

En Ciencia y Salud hay un pasaje que se refiere a este punto crucial. La Sra. Eddy dice al comienzo del capítulo "Reconciliación y Eucaristía" que Jesús "hizo bien la obra de la vida, no sólo en justicia para consigo mismo, sino por misericordia para con los mortales — para enseñarles a hacerla ellos mismos pero no para hacerla por ellos ni para eximirlos de una sola responsabilidad".

Jesús sabía que cada persona tiene la responsabilidad de resolver el problema del ser — el emperador, el fariseo, el granjero — y Jesús confiaba calmada y completamente en que Dios los guiaría a todos de una manera en que ellos pudieran comprender, y que sería la mejor para ellos.

Jesús era paciente. Nunca se quejó de que las cosas no marchaban lo suficientemente rápido. Que era paciente no significa que Jesús no reconociera el mal, sino que sabía que el mal no se limitaba a esas formas particulares en que se presentaba ante ellos. El verdadero mal era lo que él llamaba "el malo" — un "mentiroso" y padre de mentira — el "homicida desde el principio". Esto es lo que la Sra. Eddy llama mente mortal, la creencia en una mente separada de Dios.

Si seguimos el ejemplo de Jesús, haremos de este ejemplo nuestro objetivo primordial para alcanzar el concepto más puro que podamos de la realidad espiritual. Oraremos de la manera que Dios nos inspire. Todo esto es luz espiritual; llega a la consciencia humana y desplaza la oscuridad.

El ejemplo del Mostrador del camino demuestra vivamente lo que el pensamiento espiritualizado puede hacer por la consciencia humana. Elaine Pageles, la historiadora de religión, ha escrito sobre el efecto sorprendente y benéfico que tuvo el cristianismo sobre las prácticas sexuales y el matrimonio, y lo explica en términos de consciencia. En Adam, Eve, and the Serpent (Adán, Eva y la serpiente) escribe que quienes se convertían al cristianismo "cambiaban su actitud hacia el yo, hacia la naturaleza, y hacia Dios, así como su sentido de obligación política y social... Para los cristianos más devotos, la conversión transformaba tanto la consciencia como el comportamiento; y estas personas conversas... iban a influir profundamente la consciencia de todas las generaciones posteriores".

Sólo un hombre, once discípulos fieles, unos pocos amigos; y ya nada fue igual.

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Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria
por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Así que, hermanos míos amados,
estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

1 Corintios 15:57, 58

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