Todos Hemos Experimentado la alegría de trabajar con otros armoniosamente en algún proyecto útil. Los granjeros de una localidad unen sus esfuerzos y conocimientos para ayudar a un vecino a construir un granero. En calamidades colectivas los vecinos se unen para apoyarse los unos a los otros. Recientemente nuestra comunidad auspició un día especial para limpiar el pueblo, lo cual puso en contacto a los residentes en una causa común.
Sin embargo, a veces nos sentimos inclinados a pensar que perdemos algo de ese maravilloso espíritu de cooperación si nos encontramos separados físicamente los unos de los otros. Nos preguntamos: ¿Serán nuestros esfuerzos igualmente eficaces si los llevamos a cabo por separado? ¿Cómo podemos sentirnos unidos en propósito cuando tiempo y espacio nos separan?
Podemos reconocer que Dios, la Mente divina, está siempre presente y que esta Mente infinita y única revela a cada uno de los hijos de Dios todo lo que necesitan saber. La inspiración, iluminación, consagración y realización son cualidades de la Mente divina que cada uno de nosotros puede comprender y expresar. El hecho espiritual en la Ciencia Cristiana de que hay una sola Mente y que el hombre, como expresión de Dios, refleja esta Mente única, es la base verdadera para la unidad y armonía entre la humanidad.
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