Una Nueva Conocida me dio a conocer la Ciencia Cristiana. Me dijo que Mary Baker Eddy es la autora de un libro que explica las leyes de Dios que fundamentan las curaciones de Cristo Jesús.
Llevaba dos años y medio de casada. Mi esposo y mi círculo inmediato de amigos no estaban interesados en la Ciencia Cristiana. Pero mediante el estudio diligente de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy pude superar muchos desafíos. Poco a poco descubrí que el amor de Dios es constante e imparcial. Tuve que aprender también que las curaciones se producen por medio de la oración, el estudio hecho con regularidad y el profundo deseo de comprender a Dios y al hombre como Su hijo.
Un día, poco después de haber empezado a estudiar la Ciencia Cristiana, mientras estaba trabajando en mi lugar de empleo, nuestro hijo se quejó de dolores en el estómago. Mi esposo llevó al niño a un hospital, y una radiografía mostró un bulto anormal cerca del intestino. Me llamaron y me dijeron que una operación era inminente. Me volví a Dios en oración. Me atrajo una declaración de la Biblia: “No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová” (Proverbios).
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