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EXTRACTOS DE LAS transmisiones de radio DE EL HERALDO DE LA CIENCIA CRISTIANA

En todas partes del mundo, las transmisiones de radio por onda corta del Heraldo están llegando a un extenso público. Pensamos que a los lectores que no han escuchado estas transmisiones les gustaría leer extractos de algunos de estos programas radiales.

¿Cómo oro?

Del número de septiembre de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Anunciador: Este es El Heraldo de la Ciencia Cristiana, producido por La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana en Boston, E.U.A.

: Hemos hablado con diferentes personas alrededor del mundo: comerciantes, deportistas, maestros de escuela.

: Ingenieros, arquitectos, actores, artistas.. .

Deborah: Ya sean madres que están en su hogar con sus hijos — sean quienes sean, cualquiera que sea su profesión — todos ellos tienen un factor en común,.. . cuando oran, realmente sienten la presencia de Dios con ellos.

Derek: No sólo en el sentido de que están pidiendo a Dios que haga algo por ellos o que resuelva una crisis.. . Están reconociendo — están realmente reconociendo — que la bondad de Dios es un auxilio siempre presente, siempre a mano.

Deborah: Esto es muy cierto. Y tal vez este es un momento oportuno para detenernos y presentarnos a ustedes. Yo soy Deborah Hand.

Derek: Yo soy Derek Holmes. Y ha venido al estudio a unirse con nosotros.

Paul:. .. Un grupo de nosotros fue a Filipinas recientemente. Debbie formaba parte de ese grupo.

Deborah: Fue realmente una experiencia maravillosa.. . ¿Te acuerdas de ?

Paul: Sí. Lo recuerdo porque tenía un enorme sentido de integridad.. . Había pasado por un muy mal momento. Su empresa había estado decayendo porque alguien no le había pagado.

Deborah: Era un proyecto muy grande en el cual se hallaba comprometido. Y rehusaron pagarle el trabajo que había terminado, lo cual no le permitía pagarle a sus acreedores. Esto había ocurrido, supongo, unos ocho o diez años antes. Nos dijo que realmente había recurrido de todo corazón a la oración ante esa situación. Y cuando le pregunté cómo oraba, esto fue lo que me dijo:

Bienvenido: Al recordar lo que pasó, yo diría que no [oraba] muy eficazmente, porque el problema era abrumador. Estaba más absorto en el problema que en la solución. Un hermano mío me sugirió que fuera a los Estados Unidos a trabajar allí.. .

Deborah: ¿Hiciste eso?

Bienvenido: Sí. Estando allí, pude sosegarme, por así decirlo, y tuve más tiempo para orar. Y esta vez, mis oraciones tomaron el curso correcto. En mi habitación, estando a solas, realmente oraba asiduamente.

Deborah: ¿Qué clase de ideas estabas obteniendo que realmente te ayudarían, que percibías que te darían la fortaleza para poder regresar?

Bienvenido: Recuerdo la ocasión en que estaba leyendo la Biblia. Estaba leyendo de Génesis, el capítulo 1, donde está enumerado cómo creó Dios todas las cosas. Se me ocurrió que las cosas no ocurren porque sí. De alguna manera un poder tiene que ser la causa de [su] existencia. Un poder, [el cual] gobierna nuestro ser mismo. Eso tiene que ser. En otras palabras, bajo la luz de la sabiduría de Dios, otorgada al hombre libremente, incluyéndome a mí, percibí que podía expresar la sabiduría y el amor de Dios en mi problema particular en Filipinas.

Paul: Detengámonos aquí un momento.. . Creo que sería interesante notar que él se estaba haciendo una nueva vida en los Estados Unidos, y que pudo haberse quedado. Tuvo que haber sido muy tentador para él quedarse en los Estados Unidos.. .

Deborah: Tenía un hermano, de manera que tenía familia. Realmente estaba empezando de nuevo.. .

Derek: Pudo haber sido inducido a pensar que ésta era la respuesta a sus oraciones, para sacarlo de toda la situación. Pero él sencillamente no podía hacer eso.

Deborah: A medida que seguía orando, comprendió que él tenía algunas obligaciones.. . En Filipinas había personas que no le habían pagado; eso quería decir que él no le estaba pagando a otras personas. Y él no podía hacer eso.

Paul: Estaba preocupado por ellas. Por eso regresó; aun cuando hacerlo no le era lo más fácil personalmente.

Deborah: Sí, es cierto, pero me dijo que las oraciones que hizo a solas en su cuarto realmente le dieron el valor de volver, porque sabía que con la ayuda de Dios podía encarar sus problemas.

Bienvenido: Cuando salí de Filipinas, el problema era abrumador. Cuando estuve listo para regresar, sentí que, con la gracia de Dios, estaba en una situación de superar mi problema, de enfrentarlo. Sentí la confianza, la calma y la inspiración para encarar lo que hubiera aquí en Filipinas, lo que me enfrentara.

Deborah: ¿Qué hiciste?

Bienvenido: Después de unos días empaqué y volví a mi país y puse en operación mi empresa. Si me vas a preguntar cómo oré respecto a esto, te diré. Antes, cuando oraba, estaba ocupado diciéndole a Dios qué hacer por mí. Ahora trataba de saber lo que Dios me estaba diciendo. No yo diciéndole a Dios. No es cuestión de exigirle que lo hiciera por mí. Es cuestión de sentir Su presencia conmigo. Después trato de obedecer la voz callada y suave, que yo entiendo que es la manera en que Dios nos dice las cosas buenas que tenemos que estar haciendo. Trato de expresar esto. Trato de ponerlo en práctica. Trato de obedecerlo. Incluso en mi diario vivir.. .

Paul: Sería conveniente aclarar aquí que él estaba haciendo arreglos para pagar a sus acreedores y pagar sus deudas. Repito, esto es lo que me impresionó de este hombre, porque tenía un sentido muy elevado de integridad que le vino a través de sus oraciones, pues él estaba luchando. El no quería hacer esto necesariamente.

Deborah: Había otro punto que realmente me impresionó acerca de él.. . Dijo que a medida que oraba comprendió que su negocio no dependía de lo que la otra gente le hizo. Ya no era importante que la otra gente le pagara lo que le debía. Lo que era importante era lo que él hiciera y que él tenía esta obligación.. . de pagarle.. . a la gente a quien él le debía dinero.

Derek: Volvamos, pues, a la entrevista y veamos qué ocurrió.. .

Bienvenido: Ocurrió algo maravilloso. Me encontré con un muy buen amigo mío. Me enteré de que él era ahora un importante ejecutivo de una de las corporaciones más grandes en Filipinas. Me dio un contrato muy pequeño, que valía alrededor de 16.000 pesos. Y.. . todavía estamos trabajando para [su companía].

Deborah: Este ejecutivo con quien hablaste pudo darte trabajo.

Bienvenido: Sí.

Deborah: ¿Y ahora tienes muchos contratos y mucho trabajo?

Bienvenido: Sí.

Deborah: ¿Más del que tenías antes?

Bienvenido: Sí. Me ocupo de que nuestras transacciones estén gobernadas por "la sabiduría, la economía y el amor fraternal" [como aconseja la Sra. Eddy en el Manual de La Iglesia Madre]. Mediante esta experiencia, veo ahora al mundo bajo una luz mejor. Y no es más un mundo lleno de amargura y odio, enojo y privación.. . Por supuesto, [éstos] parecen permanecer visibles en la faz de la tierra, pero no son permanentes. Pueden destruirse mediante la oración. Y yo lo he hecho con mi granito de arena. Si tan sólo oráramos, como Cristo Jesús nos enseñó.. ., entonces estoy seguro de que si me ocurrió a mí, puede ocurrirle a cualquier persona en cualquier parte del mundo.

Deborah: Muchas gracias.

Bienvenido: Por nada.

Deborah: He estado hablando con Bienvenido R. Tañga, en Pateros, Metro Manila, Filipinas.

Paul: Sabes, algo más me conmovió cuando hablábamos con él. Salió en nuestra conversación que se había tomado la molestia de emplear a gente sin trabajo en su ciudad. Lo que lo movió a hacerlo fue un gran sentido de amor y cuidado para con su prójimo. Creo que eso contribuyó para su buen éxito posterior.. .

Si desean escuchar un programa completo de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, escriban para recibir una lista de frecuencias de onda corta en su localidad: El Heraldo de la Ciencia Cristiana; P.O. Box 58; Boston, MA, E.U.A. 02123.

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