En Una Epoca, cedí a las presiones del mundo y caí bajo los efectos de una seria enfermedad. Durante varios días luché por sanarme mediante la oración y el estudio de la Biblia y Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, sólo para encontrarme peor e incapaz de satisfacer mis necesidades diarias. Casi incapacitado, mi esposa me llevó a un servicio religioso de la iglesia de la Ciencia Cristiana. Decidí dejar mis problemas en la entrada y entrar solamente a adorar a Dios. Inmediatamente al entrar, sentí esperanza y expectativa. Aun recuerdo el Himno 352 del Himnario de la Ciencia Cristiana, elevándome del temor a la confianza. Me habló de la paciencia, la humildad y el amor maravillosos de Cristo Jesús, quien venció al mundo y sus penas. La última estrofa dice así:
Que pueda yo en tu luz andar
Y ella a mi senda dé fulgor,
Y siga yo en mi caminar
Tus huellas, Hijo, tú, de Dios.
A medida que transcurría el servicio, así también progresaba mi curación, pero hubo desafíos que intentaban forzarme a abandonar el servicio física y mentalmente. En un momento estaba tosiendo tan fuertemente que pensé que debía irme para no molestar a los demás. Pero sentí el apoyo sin censura, compasivo y silencioso de los miembros alentándome a que me quedara. La tos disminuyó y luego desapareció. En otro momento sentí que estaba perdiendo el conocimiento. Pero todavía podía oír las lecturas, y la Palabra de Dios aumentó en fuerza y en claridad hasta que mi consciencia se llenó solamente con la Verdad y el Amor. ¡Había sanado!
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