Deseo Compartir Con ustedes una de las muchas curaciones que obtuve mediante la Ciencia Cristiana. Quiero compartir con la humanidad la esperanza y fortaleza que uno recibe en cada situación cuando confía en el cuidado de Dios.
Durante el nacimiento de nuestro primer hijo tuve una experiencia desagradable. Cuando estaba esperando nuestro segundo hijo, decidí apoyarme completamente en la Ciencia Cristiana. De manera que, desde el principio, busqué el apoyo mediante la oración de una practicista de la Ciencia Cristiana. En mi propio estudio de la Biblia y Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, comencé a percibir que la verdadera concepción es espiritual. Comencé a ver al hombre no como "carne de mi carne", sino como la idea del Espíritu, Dios. Estaba emergiendo de un concepto material de vida a una nueva comprensión de la Vida como Espíritu. Me sentía muy agradecida porque consideraba que la Vida, Dios, el todopoderoso, es el autor del hombre.
En Escritos Misceláneos, la Sra. Eddy escribe: "El nuevo nacimiento no es obra de un momento. Empieza con momentos y continúa con los años; momentos de sumisión a Dios, de confianza como la de un niño y de gozosa adopción del bien; momentos de abnegación, consagración, esperanza celestial y amor espiritual". Durante la gestación me dediqué totalmente a ese "nuevo nacimiento". Traté de realmente comprender y vivir la Ciencia Cristiana. Crecí espiritualmente y llegué a comprender que cada hijo de Dios ya está formado en la Mente divina como la idea de Dios. En lugar de sentir temor por la experiencia que había tenido con el primer parto, sentí esperanza, alegría, y un continuo despertar en el Espíritu, y la felicidad de saber que el verdadero Padre-Madre está siempre cuidando de Sus hijos.
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