Una Serie De documentales para televisión que se dan en nuestro país, llamada La historia de la Argentina secreta, muestra los rincones secretos de nuestra gente y de nuestra historia. En un programa la persona que entrevistaban era un joven que estaba sentado frente a un paisaje de montañas, bosques y un lago. Este hombre dibujaba y pintaba los pájaros del lugar. Dijo que venía a menudo con el propósito de sentirse parte de los alrededores, y tomar parte de la belleza y la armonía de la naturaleza. A continuación explicó que él creía que la armonía y perfección eran el estado de nuestro ser natural porque pensaba que las pinturas que él hacía cuando trabajaba se completaban cuando él tenía consciencia de la perfección innata de lo que estaba pintando.
Uno se puede preguntar: ¿Qué es lo que nos lleva a buscar la armonía y a reconocer la perfección espiritual, a sentirnos bien al pensar en ello, al vivirlo y al llevarlo a cabo de distintas maneras? Acaso ¿no es el bien mismo? Acaso ¿no es que, en realidad, nuestro ser verdadero y natural es bueno? De otra manera, ¿cómo podríamos reconocer que la armonía es tan deseable y brinda tanta satisfacción?
Hace algunos años, cuando me estaba preparando para pasar unas vacaciones en la playa con mi familia, el tiempo se redujo a tan solo unos pocos días debido a un proyecto en mi trabajo en el cual me pidieron que participara. Al volver a la ciudad, una tarde tuve que salir a la calle y el calor comenzó a irritarme. Luego, cuando estaba haciendo algunos trámites, en muchos de ellos tuve dificultades. Además de estos desafíos, comencé a sentirme enferma.
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