Mi Primera Curacion por medio de la Ciencia Cristiana tuvo lugar hace veintidós años. Yo sufría de constantes dolores de cabeza y un débil sistema nervioso. No podía encontrar paz y no me gustaba quedarme en casa, por lo que trabajaba todo el tiempo.
Un amigo mío me invitó a ir con él a una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, y también a consultar con una practicista de la Ciencia Cristiana. Pero, en realidad, no pensé que esto pudiera ayudarme, y le dije a mi amigo: “Algún día iré”. Un día estaba tan desesperado con el dolor de cabeza que resolví tomar el teléfono y hacer una entrevista con la practicista que mi amigo me había mencionado. Después del trabajo, fui a la entrevista a la hora indicada. La practicista me recibió muy bien. Hablamos durante dos horas, y me di cuenta de que ya no tenía más dolor.
Camino a casa, empecé a sentirme mal otra vez, y pensé: “Si he sido tratado por varios médicos, y he tomado toda clase de remedios y nunca me puse bien, ¿me voy a poner bien por el solo hecho de hablar con esta mujer?” Pero después que llegué a casa, el sufrimiento cesó por completo. El dolor nunca volvió. Al mismo tiempo, tuve una curación respecto a una relación familiar, la que parecía ser muy difícil; pero no era difícil para Dios, porque El ama a todos Sus hijos.
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