Desperte Una Noche con la sensación de que un torrente de resentimiento inundaba todo mi ser porque sentía que un miembro de la familia había actuado en forma desconsiderada. No podía creer que pudiera haber tanta falta de amor en mi propio pensamiento. ¡No parecía muy cristiana! Sabía que podía hacer algo mejor que pensar de esta manera.
Lo primero que aprendí en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana fue que Dios es Amor; en segundo lugar, que el hombre es la imagen de Dios. Esto significa que en verdad cada uno de nosotros siempre puede expresar a Dios, el Amor. Yo sabía que el resentimiento definitivamente no es amor. Reconociendo estas verdades, oré para liberarme de este sentimiento deplorable e inquietante.
¿Cómo lo hice? Sabía que, en realidad, la ley de Dios me gobierna a mí y a todo. Esta ley es accesible a cada uno de nosotros, y el recurrir a ella trae armonía a nuestra vida. Ya sea que seamos nuevos o experimentados en la Ciencia Cristiana, que el problema sea grave o extenso, podemos obtener la guía de Dios por medio de la oración y tomar consciencia del amor de Dios hacia nosotros.
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