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Gracias A Todo lo bueno que...

Del número de septiembre de 1992 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Gracias A Todo lo bueno que he recibido a través de la Ciencia Cristiana, he sido testigo de que Dios es Amor.

Cada día antes de salir de la casa, afirmo que Dios es bueno, que todo lo que El crea es bueno, y que el mal no tiene lugar en el reino de Dios. El hombre verdadero, creado a imagen y semejanza de Dios, no puede expresar sino el bien. Está completamente seguro en Dios, el Principio infinito.

Una tarde tuve una experiencia alarmante. Ocurrió cuando tres personas me pidieron que las llevara en mi automóvil, y en el camino una cuarta persona se nos unió. Cuando llegamos al destino de los tres primeros, ellos se bajaron y me dieron las gracias. Pero el otro hombre ni decía a donde quería ir ni se bajaba del auto. (En verdad, como supe después, planeaba atacarme y robarme el auto.) Como se veía mucho más fuerte que yo, no parecía nada prudente desafiarlo o hacer muchos movimientos.

Comencé a orar y a razonar que Dios sólo conoce Su propia perfección, no la imperfección. Reconocí que ambos somos realmente hijos de Dios, creados a Su imagen y semejanza. Comencé a sentirme seguro de que nada malo ocurriría. Luego pensé en una parte del Padre Nuestro con su interpretación espiritual, como aparece en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy.

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Y el Amor se refleja en amor.”

Mediante este trabajo de oración fui capaz de vencer mi miedo y recuperar mi calma habitual. Dimos vueltas por mucho tiempo. Parecía que él estaba buscando un sitio donde pudiera atacarme. Pero como yo confiaba en mis oraciones, él se debió sentir obligado a dejarme en paz en cierto sitio. Me dijo: “Yo no sé por qué siento que debo dejarlo ir, pues pensaba matarlo, pero váyase a casa con su mujer”.

Estoy profundamente agradecido por las tantas maneras en que me ha ayudado el estudio y la práctica de la Ciencia Cristiana. Estoy orgulloso de ser miembro de La Iglesia Madre. Las palabras son insuficientes para expresar mi inmensa gratitud a nuestro todo amoroso Padre-Madre Dios.


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