Mi Gratitud A Dios por la Ciencia Cristiana no tiene límites. Desde que conocí esta religión mi vida entera ha cambiado.
Una vez me caí y me lastimé el hombro. Poco después apareció un absceso en un diente. Y en el transcurso de la misma semana, me quemé una mano.
Llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana y le conté todo lo que me había sucedido. Me aseguró que me apoyaría y me habló de la omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia de Dios. Pocas horas más tarde no quedaba ni la más leve señal de la quemadura en mi mano.
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