Gente De Todos los credos se regocija con la oración que halló respuesta. La evidencia tangible y convincente de la cercanía y poder de Dios, que se logra al comprender a Dios, produce recuerdos inspiradores. Pero las curaciones son todavía más valiosas pues brindan una base para avanzar en nuestro progreso espiritual.
El David del Antiguo Testamento, cuya poesía de agradecimiento y alabanza a Dios ha enriquecido la vida de innumerables multitudes, respetaba profundamente sus victorias iniciales, logradas mediante la oración y confianze en Dios. En uno de sus propios versículos en el libro de los Salmos, escribe: “Estos confían en carros, y aquellos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria”.
En cierta ocasión en que los Israelitas se enfrentaron con el gigante filisteo Goliat, el joven David pidió permiso al Rey Saul para enfrentarse en batalla con este agresor. Es obvio que le dio nuevo valor el recordar los éxitos pasados, como cuando defendió a sus ovejas al ser atacadas, porque David concluyó su ruego al rey con estas palabras: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo”. El relato dice que siguió un triunfo rápido y magnífico.
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