¿Ha Considerado Usted alguna vez que no es popular? ¿O que la gente prefiere a otros mucho más que a usted? Yo sé cómo se siente porque es lo que he experimentado algunas veces.
Recuerdo un par de años en la escuela en que me condideraban la segunda niña más impopular de la clase. Me molestó muchísimo. Pero con el correr de los años, y a medida que estudiaba la Ciencia Cristiana, empecé a notar que la Sra. Eddy escribe sobre el tema de la popularidad. Me interesó esta frase referente a Cristo Jesús que aparece en su libro Ciencia y Salud: “Para ‘el varón de dolores’ los honorarios o la popularidad no constituían peligro”. Ciencia y Salud, pág. 42. ¿Es la popularidad un peligro? ¿Por qué?
Una respuesta que pensé fue que puede hacernos conformistas. La popularidad podría impedir nuestro crecimiento, podría impedir que rechazáramos el concepto mortal y limitado de nosotros mismos para percibir el concepto verdadero y espiritual del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios. Definitivamente yo quería crecer espiritualmente. Entonces encontré esta declaración de la Sra. Eddy en su obra Escritos Misceláneos: “La popularidad — ¿qué es? Una mera pordiosera que alardea y mendiga, y a la cual Dios niega caridad”.Esc. Misc., pág. 330. Busqué la palabra pordiosera en el diccionario y vi que quiere decir “mendiga”.
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