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La práctica de la Ciencia Cristiana al alcance de todos

Una entrevista con un practicista de la Ciencia Cristiana

Del número de junio de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Algunas veces la gente piensa que los practicistas de la Ciencia Cristiana son un grupo muy selecto. ¿Es verdad que este trabajo es solo para un grupo pequeño y especialmente dotado? No, está al alcance de cualquier individuo. En realidad, este trabajo está muy relacionado con nuestro deseo de conocer a Dios. Todos tenemos la habilidad innata de reconocer que somos hijos de Dios. Dios no nos ha hecho Sus hijos para dejarnos con la incapacidad de conocer este hecho y probarlo. Todos tenemos un entendimiento inherente que necesita cultivarse, y todos tenemos la libertad de hacerlo. Nos involucramos con la práctica en proporción a nuestro amor a Dios y a nuestro deseo de estar a Su servicio.

En mi experiencia en particular, en un momento llegué a estar muy activa en política. Al mismo tiempo estaba aprendiendo más y más sobre Dios y amando más y más a la Ciencia Cristiana. En algunas ocasiones terminaba alguna reunión política sentada afuera con alguien que sabía que era Científica Cristiana, y ella o él me pedía ayuda. Luego empecé a recibir llamadas telefónicas de los miembros de la iglesia pidiendo tratamiento en la Ciencia Cristiana. Esto sucedió de una manera natural como resultado de mi deseo de servir a Dios. ¡Y me di cuenta de que la práctica de la Ciencia Cristiana me daba más satisfacción que la política! Comprendí, no obstante, que tenía que elegir. La práctica era lo que quería hacer. Es lo que sucede cuando uno pone a Dios primero. Todas las otras cosas se vuelven secundarias.

Pero desde el principio, realmente su pensamiento se dirigía hacia lo que la rodeaba para ayudar a los demás, aunque estuviera involucrada en política. Eso es verdad. Consiste realmente en estar interesado en Dios y en sus semejantes; de otra manera usted no podría estar en la práctica. Ama a Dios y ama a su prójimo. En realidad no puede amar a Dios sin amar a su prójimo, porque parte de su entendimiento de lo que es Dios significa que usted quiere ayudar al prójimo. En la Ciencia, hay respuestas, y usted está convencido de eso. La gente lo percibe y se siente atraída por el amor que usted siente. Si usted realmente entiende la Ciencia Cristiana, no la puede guardar sólo para usted.

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