En Estos Momentos, la democracia se encuentra arraigada en el pensamiento de muchas personas. En todo el mundo hay gente que se está esforzando por lograrla. Las enseñanzas de la Ciencia Cristiana demuestran que en los asuntos humanos hay una base espiritual para la democracia. Un entendimiento de esta base espiritual proporciona un fundamento firme a todo aquel que desee ayudar a establecer o a mejorar un sistema democrático de gobierno, ya sea en su iglesia, en su comunidad o en su país.
De acuerdo con la Biblia, la Ciencia Cristiana enseña que hay un sólo Dios, el Espíritu, y que el hombre es Su linaje, creado a Su imagen. Por lo tanto, la verdadera identidad de cada uno de nosotros es nada menos que la imagen espiritual de Dios. Esto significa que todos somos iguales ante los ojos de Dios. Aunque cada uno de nosotros en sí mismo es individual, Dios no ve a uno de nosotros “mejor” que a otro. El no favorece a uno de Sus hijos en mayor medida que a otro, debido a que El creó a cada uno como la expresión perfecta de Su naturaleza.
Por supuesto, cuando observamos la escena humana, comprobamos que la igualdad no es precisamente lo primero que podemos ver. Algunas personas parecen ser más ricas, más inteligentes, más talentosas, más lindas y, de alguna manera, más afortunadas que otras. Pero esta apariencia exterior no tiene nada que ver con la igualdad espiritual de que estamos hablando.
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