Obviamente La Respuesta es que sólo es seguro encomendarse a Dios cuando tenemos la certeza de en quien estamos confiando. Es evidente que tiene sentido confiar o encomendarnos a lo que entendemos que es confiable y digno de confianza, y desconfiar de aquello que no lo es. Es sensato encomendarse a algo cuando tiene una base lógica y racional, y prueba ser verdaderamente beneficioso.
“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él”, Salmo 37:5. dice la Biblia. ¿Acaso es lógico creer y encomendar nuestra vida a Dios? Al principio puede parecer poco razonable confiar las cosas más importantes de nuestra vida a una presencia que no podemos ver, tocar ni sentir físicamente. Pero quizá deba parecer razonable. Definitivamente tiene sentido cuando comenzamos a comprender que en verdad estamos dependiendo de nuestro Padre-Madre Dios, quien es infinito e invencible, y nos ama con un amor ilimitado y sin reservas.
Indudablemente, la omnipotencia y el cuidado que Dios tiene por Sus amados hijos a veces puede que parezca estar oscurecido por los temores, dolores y sufrimientos que en ocasiones podamos sentir. Sin embargo, esa omnipotencia y cuidado de Dios están presentes, de todos modos. En la Biblia, los israelitas, que habían sido esclavos, vieron dividirse el Mar Rojo y abrirles el paso a su libertad. Véase Ex., cap. 14–17.
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