¿Será cierto que
Las tentaciones que una vez me acosaron
Ya no me perturban?
Pensamientos dulces y palabras tiernas
¿Acaso no me han alentado
A buscar la pureza del Amor?
A ver, y escoger con libertad,
El camino perfecto de Dios.
Día a día
A valerosamente desafiar
Las pretensiones del error,
Siempre al acecho para corromper.
A luchar a favor de la Verdad
Bajo cuya protección se encuentra
El hijo de Dios,
Que mora en inocencia.
No hay regreso
A caminos superados,
Porque el Amor divino
Está llamando a Su imagen y semejanza;
Y hoy mi corazón
Se ha llenado de gozo y alegría,
Porque los pensamientos puros del Amor
Se quedarán conmigo para siempre.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!