Este extracto de una transmisión de onda corta de la edición en español de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, habla que el familiarizarnos con los pensamientos de Dios puede llevarnos a la curación. En esta entrevista,
habla con la practicista de la Ciencia Cristiana que reside en Lima, Perú.Enrique Smeke: Nora, en Ciencia y Salud la Sra. Eddy habla de los ángeles como: “Pensamientos de Dios que vienen al hombre; intuiciones espirituales, puras y perfectas”.Ciencia y Salud, pág. 581. ¿No se podría decir que los ángeles enfatizan, o sacan a relucir, la bondad de Dios para con el hombre?
Nora Reyes-Inca: Así es. Sabemos que Dios es el bien infinito; por lo tanto, lógicamente, todo lo que procede de El es bueno. Entonces, Sus pensamientos tienen la abundante provisión de bondad, un tierno cuidado, una guía perfecta, y la seguridad absoluta de Su presencia. Cristo Jesús enseñó que el cuidado tierno de Dios es consecuente, imparcial e invariable. Como siempre, la Biblia nos revela las grandes promesas de Dios. Por ejemplo, en Jeremías leemos lo siguiente: “Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin esperáis”. Jer. 29:11. Y en Salmo 91, el Salmista dice: “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos”. Salmos 91:11. El tener confianza en los pensamientos que Dios tiene para con nosotros nos capacita para someternos sin reservas a seguir Sus indicaciones, cualquiera que sea la situación, o la circunstancia en que nos encontremos. Nos acurrucamos bajo sus alas y así estamos seguros. Sus ángeles siempre están cerca en cualquier situación, aun en aquellas que nos parecen terribles. La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: “La circunstancia misma que tu sentido sufriente considera enojosa y aflictiva, puede convertirla el Amor en un ángel que hospedas sin saberlo”.Ciencia y Salud, pág. 574. Esta afirmación de la Sra. Eddy fue para mí una lección importante en una experiencia que tuve hace algún tiempo.
Mi hija tenía un seria problema nervioso, y mi yerno, que no era Científico Cristiano, la hizo atender por un especialista, pero sin ningún resultado. Una noche mi hija tuvo una crisis. Fue entonces cuando mi yerno me llamó y me dijo que había decidido llevarla a una clínica donde atendían esos casos. Bueno, todo me hacía suponer que me encontraba en un desierto de soledad, de tristeza, de oscuridad. Inmediatamente me apoyé en Dios en oración, esa oración que eleva el pensamiento hacia la comprensión de la majestad, la omnipotencia, de Dios. Inmediatamente después sentí que esta experiencia era una oportunidad para progresar y tener un sentido más profundo del poder y la presencia de Dios Mismo. Esta manera de orar me dio mucha paz y gozo espiritual. Comprendí que eran los ángeles de Dios que estaban respondiendo a mis oraciones, como sucedió con Agar, la sierva egipcia. Ese relato también está en la Biblia. Véase Gén. 21:9–20. Dice que ella estaba errante en el desierto con su hijo, y que habían usado toda el agua que tenían con ellos. Entonces ella, dejando a su hijo debajo de un arbusto, se retiró a poca distancia para no verlo morir.
Smeke: Ella había perdido toda esperanza, no es cierto?
Reyes-Inca: Exacto. Yo estaba pensando lo mismo, y me acordé de ese pasaje. Ella alzó su voz, dice la Biblia. Por esto entiendo que ella oró a Dios y su oración fue respondida. La Biblia dice que un ángel de Dios la consoló, diciéndole que el muchacho viviría porque Dios tenía grandes cosas reservadas para él. Entonces, el traer estas cosas a mi pensamiento, y con la oración, yo ya estaba bastante tranquila, con ese gozo y esa paz espiritual que nos dejan estar en perfecta comunión con Dios.
En ese momento yo estaba en la clínica esperando el resultado de los médicos y de los trámites que se estaban haciendo para internar a mi hija en el hospital. Enseguida sentí que éste no era el lugar para ella. Mi yerno tuvo el mismo pensamiento, porque se acercó a mí y me dijo: “Sabes, creo que éste no es el lugar para ella; llevémosla a casa”. Y le dije: “Si decides apoyarte en Dios para hacer eso, claro que sí, creo que es lo mejor”. Para mí, esto fue un cambio increíble. Momentos antes, él estaba haciendo los trámites para internar a mi hija en el hospital, y ahora les estaba diciendo que no hicieran ningún trámite para internarla, porque se la llevaba a su casa.
Smeke: ¿Y qué ocurrió entonces?
Reyes-Inca: La llevamos a su casa. Una hora después, ella tomó un Himnario de la Ciencia Cristiana. Los himnos son en realidad mensajes de curación que cantamos en los servicios de los domingos y en las reuniones de los miércoles. Tomó el libro, lo abrió y me señaló un himno cuya letra fue escrita por la Sra. Eddy. Es un poema llamado “El Amor”, y mi hija me señaló la parte que decía: “La flecha que nos da dolor / no parte del devoto amor”.Himnario, N.° 30. Entonces, lo cantamos juntas y oramos y nos regocijamos en esa paz que solamente Dios nos puede dar. Mi hija sanó por completo. El domingo, ella, su esposo y todos nosotros asistimos al servicio dominical. Ella está completamente sana, y mi yerno aceptó la Ciencia Cristiana. El y todos mis nietos asisten a la iglesia. De esa experiencia, entendí lo que quiere decir el mensaje de la Sra. Eddy cuando escribe que el Amor puede convertir las circunstancias aflictivas en un ángel “que hospedas sin saberlo”.