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Seminario para jóvenes escritores

Del número de enero de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El año pasado, niños y jóvenes asistieron a dos reuniones que llevó a cabo el Departamento de Redacción del Journal, Sentinel y Heraldo. Escucharon, hicieron preguntas, escribieron y crearon nuevos diseños. Nos gustaría compartir con ustedes algunas de las ideas que, de acuerdo con sus comentarios, fueron de ayuda para ellos para saber cómo escribir para las publicaciones periódicas.

Escribir Para Las revistas de la Ciencia Cristiana no es lo mismo que escribir para el periódico escolar o la revista literaria del colegio donde ustedes estudian. El enfoque es totalmente diferente. Es una oportunidad para compartir el discernimiento espiritual y las curaciones que han tenido. Pueden hacerlo por medio de un artículo, un testimonio o un poema, y pueden escribir a mano, a máquina o en una computadora, o grabarlo en un cassette.

Pueden escribir acerca de cualquier experiencia donde aplicaron la Ciencia Cristiana. Puede tratarse de la curación de una enfermedad o de una lesión, o tal vez de, por ejemplo, jugar sin hacer trampa, sentirse seguro o llevarse bien con los demás. Hace mucho bien compartir algo que ustedes comprobaron o pusieron en práctica en su propia vida.

A continuación encontrarán algunas de las preguntas y respuestas que se presentaron en la reunión.

Pregunta: ¿De dónde provienen los artículos que aparecen en las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana?

Respuesta: Vienen de todas partes del mundo. Los envían personas que, como ustedes, están practicando la Ciencia Cristiana y desean compartir la manera en que obtuvieron ayuda.

Es lindo pensar que el artículo o poema que uno ha escrito puede ayudar a alguien que vive en otra parte del mundo. Incluso, algunas de las personas que nos han enviado escritos han recibido cartas de gente que los ha leído y los ha ayudado. Tal vez ustedes conozcan a alguien que ha escrito para las publicaciones periódicas. Cuando compartimos lo que hemos comprobado, nos alentamos y apoyamos mutuamente. Por eso ¡es tan importante recibir noticias de ustedes!

P.: ¿Qué diferencia hay entre escribir un testimonio y escribir un articulo?

R.: Si piensan en escribir un testimonio, el mismo estará basado en su propia experiencia. Tratará únicamente acerca de lo que ocurrió cuando recurrieron a la oración. En cambio un artículo puede incluir alguna experiencia que hayan tenido, pero debe ampliar las ideas que fueron importantes para ustedes y que muestran con mayor claridad la manera en que fueron razonando las cosas, partiendo desde una base espiritual. Se puede incluir una curación para ilustrar el tema principal, pero no debe constituir el foco central del escrito. Si no están del todo seguros si lo que escribieron (o grabaron) es un artículo o un testimonio, ¡envíenlo igual! Podemos ayudarlos a decidir.

P.: ¿Es necesario que todo artículo incluya una curación?

R.: No. Hay veces en que un artículo resulta más claro al ilustrarlo con una curación. Cualquiera que sea su decisión, lo mejor es escribir lo que proviene de su propia experiencia. Todo lo que escriban debe basarse en lo que ustedes ya han comprobado. Es conveniente que elijan un tema con el que se sientan muy identificados.

P.: ¿Puedo hacer el escrito con mi maestro de la Escuela Dominical o con mi papá?

R.: No hay inconveniente en que mamá, papá, un abuelo, una abuela o un maestro de la Escuela Dominical agregue algunos comentarios sobre la experiencia de ustedes. Pueden pedirle a él o a ella que escriba (en una hoja aparte) un párrafo acerca de la experiencia que relatan. Eso puede agregarse en una nota especial al final de lo que ustedes describen. Pero no permitan que sea otro quien explique lo que a ustedes les ha sucedido o la manera en que han orado. Lo que es verdaderamente importante, es lo que ustedes tienen para decir.

P.: ¿Puedo escribir mi articulo relacionándolo con un relato de la Biblia?

R.: Eso es común en muchos artículos y testimonios. Hay que explicar con claridad la manera en que el relato de la Biblia se relaciona con el mundo que nos rodea actualmente y la enseñanza que les proporciono. También puede ser útil incluir una experiencia donde relatan la manera en que pusieron en práctica lo que han aprendido.

P.: ¿Cómo debe de ser mi escrito de largo?

R.: Bueno, hemos tenido escritos muy cortos, enviados por niños pequeños. Lo que es verdaderamente importante es lo que relatan acerca de lo que los ayudó y que lo hagan en forma clara. Lo importante no es la extensión, sino su contenido. Conviene proporcionar a los lectores una adecuada descripción de la experiencia para que de este modo puedan comprender la manera en que ustedes oraron a medida que se iban presentando las cosas. No es preciso describir muy detalladamente una enfermedad o una lastimadura, puesto que el aspecto más importante es la curación.

P.: ¿Puedo escribir acerca de la curación de mi gato?

R.: Por supuesto. Pero insistimos, una vez más, que es importante estar seguros de que a través del relato de ustedes se comprenda con toda claridad la manera en que pensaron, cómo oraron y qué aprendieron sobre la verdad espiritual. Asimismo, aunque sabemos que la oración es muy eficaz para la protección de todas las criaturas de Dios, es importante compartir cuantos ejemplos sean posibles acerca de la manera en que la Ciencia Cristiana sana a niños y adultos.

P.: Hice un dibujo. ¿Les agradaría verlo?

R.: Claro que sí. Toda expresión de arte que pueda ilustrar un artículo o un poema que hayan escrito, siempre será bien recibida.


A continuación les brindamos algunos de los frutos de las reuniones.

Un día yo había concurrido a la reunión de las Girl Scouts. Todos se habían ido ya y mi mamá aún no había venido a buscarme. Empecé a preocuparme. Una de las líderes se ofreció a llevarme a casa, al saber que yo tenía la llave de mi casa. Entonces fui a decirle a la señora que atendía la secretaría que si mi mamá venía o llamaba por teléfono, le dijera que yo ya estaba en casa.

Cuando llegué a mi casa mi mamá no estaba. Sentí mucho temor y empecé a llorar. Entonces me vino el pensamiento de que debía mantener la calma. El pensamiento era tan fuerte que supe que venía de Dios, y yo lo obedecí. Me puse a mirar por la ventana esperando ver el auto de mamá entrando a la cochera. Pero no venía. Me acosté en el diván, cerré los ojos y me esforcé por escuchar los pensamientos de Dios. Entonces Dios me dijo: “Todo está bien. Ella está en camino”. Supe que eso era la verdad. Me trajo mucho consuelo y alegría. En ese momento sonó el teléfono. ¡Era mamá! Me dijo que se había olvidado de que ese día yo iba a salir temprano de la escuela y que muy pronto estaría en casa.

Cuando llegó, le conté mi experiencia. Yo estaba tan contenta que me hubiera gustado abrazar a Dios.


Notas de los padres: Las clases de Callie terminan generalmente a las 2:40 de la tarde, y luego se queda en la escuela para reunirse con las Girl Scouts durante una hora. A las 2:40 llamé por teléfono a la escuela para que me confirmaran si se hacía la reunión con las Girl Scouts. Le pregunté a la secretaria si estaban allí, y ella me respondió afirmativamente. Pensé que eso significaba que había comenzado la reunión y que faltaba una hora para pasar a buscarla. Hice algunas diligencias y al llegar a las 3:40, no había ninguna Girl Scout. La secretaria estaba todavía y me dijo que la mamá de una compañera había llevado a Callie a casa. Me dijo — para mi sorpresa — que ese día se habían retirado temprano y que cuando yo llamé, ella creyó que yo estaba preguntando si la reunión ya había terminado. Cuando supe que habían llevado a Callie a casa, la llamé de inmediato. Callie se había tranquilizado y le aseguré que todo estaba en orden. Me sentí muy agradecida al saber que Callie se había apoyado enteramente en Dios. Esta experiencia nos ha servido a ambas para alentarnos y recordar que Dios siempre está en comunicación con nosotros cuando estamos escuchando.

Callie me llamó al trabajo para decirme que la mamá se había retrasado. Estaba llorando y muy preocupada. Le aseguré que todo estaba bien y que ésta era una oportunidad para demostrar lo que había estado aprendiendo en la Escuela Dominical. Le dije que en unos minutos volvería a llamarla. Cuando llamé, me dijo muy contenta que la mamá acababa de entrar con el auto a la cochera.


Un día yo estaba en una silla saltando cerca de las hornillas de la cocina. Toqué el quemador y me quemé un dedo. Me chupé el dedo y grité: “¡Mamá!” Mi mamá vino corriendo y me levantó en sus brazos. Yo sabía que Dios estaba conmigo, a pesar de lo mucho que me dolía. No pasó mucho tiempo y ya me sentía perfectamente bien y comí fideos.


Nota de la madre: A Ben le gusta ayudarme a cocinar. Ese día estábamos los dos trabajando junto a la cocina, preparando el almuerzo. Cuando me aparté para buscar algo en el refrigerador, Ben estaba saltando en la silla y perdió el equilibrio. Para no caerse, se agarró del borde de la cocina y con un dedo tocó el quemador, que estaba caliente. Recuerdo que de inmediato pensé en su inocencia como hijo de Dios. Lo tomé en mis brazos y nos pusimos a hablar acerca de como nos protege Dios. Le recordé a Ben cuánto lo amábamos y que su ayuda para preparar el almuerzo era una manera de expresar amor. El amor de Dios no incluye sufrimiento alguno. Al poco tiempo dejó de llorar y volvió a ser el mismo de siempre, alegre y bien dispuesto. El aspecto del dedo era normal y nos sentamos a almorzar. Estoy muy agradecida por esta prueba del amor perfecto que Dios tiene para con todos Sus hijos.


Un día antes de la celebración del Día del Patriota, una celebración del estado de Massachusetts, mientras estaba en el patio de recreo con mis amigas de la Escuela Dominical, me torcí el tobillo. Me dolía mucho y no podía caminar apoyándome en él.

Al llegar a casa, llamé a un practicista. (Un practicista de la Ciencia Cristiana es alguien que nos ayuda a sanar a través de la oración>) Me dijo que me apoyara en el amor de Dios.

Al día siguiente todavía me resultaba difícil caminar, de modo que mi papá tuvo que llevarme en brazos. Aun cuando él me sentaba para descansar, el tobillo me seguía doliendo.

Entonces, mi amiga Bethy me dijo: “¿Por qué no te pones de pie?” ¡Instantáneamente me puse de pie! Me apoyé realmente en Dios, la Verdad, y mi tobillo estuvo bien.

Estoy agradecida porque pude disfrutar con mis amigas el resto del día, caminando y corriendo con entera libertad.

Estoy muy contenta de saber que Dios ama a todos Sus hijos y que Bethy escuchó Su mensaje angelical.


Nota de los padres: Esa mañana estábamos pensando en cancelar nuestros planes para ese día. Abbie no podía apoyar ningún peso sobre el tobillo. Estuvimos por unos momentos prestando atención al mensaje que Dios tenía para nosotros. Después decidimos no dar crédito a la falsa pretensión de que nuestro Padre-Madre Dios hubiese creado una idea que no fuese perfecta. Seguimos adelante con nuestros planes. Abbie estaba muy alegre y en espera del bien. Cuando su amiga Bethy le pidió que se pusiera de pie, lo hizo sin vacilar, sin dolor y sin pensar en lo sucedido.


Nota de la amiga: El Día del Patriota, cuando junto con la familia de Abbie nos dirigíamos a la histórica celebración, el papá de Abbie la llevaba en brazos. Abbie se había torcido el tobillo el día anterior y no podía caminar. Yo sabía que la verdad era que un tobillo torcido no era parte de mi amiga porque Dios la había creado perfecta.

Cuando le pedí a Abbie que se pusiera de pie, ella lo hizo. Me sentí realmente feliz al ver que ella estaba bien.



Una noche vinieron a mi casa unos clientes a comprar forraje. Dejaron abierta la ventanilla de atrás de su auto. Seguramente mi gato, Coronel Mostaza, blanco y anaranjado, la debió ver abierta, porque saltó adentro y se quedó dormido.

Un poco más tarde, los clientes se fueron. Después de andar un corto trecho, descubrieron a Coronel y lo hicieron salir del auto. Coronel era un gato acostumbrado a vivir dentro de la casa y no sabía orientarse en medio del campo.

Al día siguiente descubrimos que el gato no estaba en casa. Llamamos a la casa de los clientes para preguntarles si lo habían visto. Nos dijeron que la noche anterior habían echado fuera de su auto a un gato blanco y anaranjado. Cuando mi mamá les dijo que ése era nuestro gato, lamentaron mucho lo ocurrido.

Esa noche, me sentía muy mortificada. Mi mamá vino a mi cuarto y me habló de que no debía perder las esperanzas y que podíamos confiar en Dios para que condujera a casa a Coronel. A la mañana siguiente, salí afuera y vi a Coronel sentado en su casita. Me sentí muy agradecida.



Un día fui a pasear en trineo con una amiga y mi hermano. Bajamos una colina a tanta velocidad que chocamos contra un cobertizo de atrás de mi casa, golpeándome el labio. Mi mamá y yo hablamos acerca de lo mucho que Dios nos ama y que El nunca permitiría que algo nos lastimara. Me esforcé por escuchar a Dios y oré para no sentir temor. Muy pronto, ¡nadie podía ni siquiera sospechar que me había lastimado el labio!


Nota de la madre: Cuando Emily vino llorando hasta nuestra puerta de atrás, pude ver que su labio necesitaba atención inmediata. Le pedí a su hermana mayor, estudiante del último año de la secundaria, que llamara a una practicista de la Ciencia Cristiana y también a una enfermera de la Ciencia Cristiana que vivía cerca. Consolé a Emily y la limpié lo mejor que pude, tratando de llegar con mi pensamiento a Dios, para sentir Su amor que nos rodea siempre y no abandona jamás a ninguno de Sus hijos. Afirmé que Emily nunca pudo haber estado fuera de Su cuidado, puesto que Dios está en todas partes.

Mi hija mayor salió para traer a la enfermera a nuestra casa. Mientras esperábamos su regreso (alrededor de diez minutos), Emily estaba sentada tranquilamente sobre mis rodillas mientras yo cantaba del Himnario de la Ciencia Cristiana, uno de sus himnos favoritos que comienza diciendo: “Gentil presencia, gozo, paz, poder.. .” (Himno N.° 207). Comenzamos a sentirnos rodeadas de calma y paz.

Cuando llegó la enfermera, limpió y vendó cuidadosamente el corte y gentilmente le aseguró a Emily que todo estaba bien. Después que ella se fue, Emily y yo llamamos a la practicista que nos estaba apoyando. Hablamos acerca de la importancia de prestar atención a los ángeles, los pensamientos amorosos de Dios siempre presentes. A todas nos gustó hacer esto. Durante el transcurso de la experiencia todos los miembros de la familia expresaron una total cooperación y afecto. Al día siguiente, la herida se había cerrado por completo. Unos días después, no quedaba la menor evidencia.


Mi mamá estaba muy enferma. Yo sabía que Dios estaba con cada uno de nosotros. Esa noche oré por ella. Mi papá también oró. A la mañana siguiente, le comenté que había orado por ella y me dijo que se sentía mucho mejor. Yo sé que Dios nos ama a todos.


Nota de la madre: Cuando Caryn asistió al Seminario para escritores jóvenes durante la Asamblea Anual de La Iglesia Madre en Boston, escribió acerca de una experiencia que ocurrió en nuestra familia. Uno de los miembros de La Iglesia Madre que atendía a los niños la ayudó a deletrear las palabras que ella quería utilizar. Caryn acababa de cumplir seis años. El relato que ella hizo de la curación coincide bastante con lo que realmente ocurrió.

Me sentía muy mal y le dije a mi hija que necesitaba acostarme por unos momentos. Caryn fue a su habitación; yo estaba acostada en mi cama tratando de ordenar mis pensamientos para poder orar por mí misma. No alcancé ni siquiera a comenzar la oración cuando sentí de pronto que el malestar se disipaba. Pensé: “Seguramente alguien está orando por mí”. De inmediato me sentí mucho mejor.

Esa noche dormí profundamente. Por la mañana, al despertar, Caryn estaba de pie junto a mi cama y me sonreía. Le dije: “Estabas orando por mí, ¿verdad?” Me respondió que sí. Después, le pregunté qué ideas había recibido. Me respondió: “Yo sé que Dios está en todas partes y que El te ama. El te creó perfecta y eres perfecta”. ¡Era tan simple! Le di las gracias y alabé a Dios por Su amoroso cuidado.

Caryn concurre a la Escuela Dominical de nuestra iglesia filial y está aprendiendo la relación que existe entre Dios y el hombre. En casa leemos artículos del Christian Science Sentinel y hablamos de los relatos de la Biblia que figuran en las Lecciones Bíblicas semanales. Cada vez que Caryn tiene un problema, nos esforzamos por alcanzar una comprensión más profunda de la totalidad de Dios, de Su omnipotencia y de Su amor por nosotros, y por todos Sus hijos.

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