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cartas

Del número de julio de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


De vez en cuando en El Heraldo de la Ciencia Cristiana publicamos cartas de nuestros lectores. Las siguientes cartas hablan sobre el Heraldo mismo. Sin embargo, en el futuro nos gustaría que nuestros lectores también nos escriban acerca de otros temas, tales como la oración, la curación, la iglesia o cualquier otro tema que se relacione con la Ciencia Cristiana.

Por favor, escriban a:

Herald Letters, P–602
The Christian Science Publishing Society
Journal, Sentinel, and Herald Editorial Department
One Norway Street
Boston, MA 02115–3122 E.U.A.

Me alegró muchísimo el anuncio de que los Heraldos en español, alemán, francés y portugués serán publicados totalmente en esos idiomas [sin la versión en inglés en la página opuesta]. Sé que esto está de acuerdo con el concepto original que tenía Mary Baker Eddy para el Heraldo y esta medida traerá bendiciones. También veo que esto requiere de quienes somos los destinatarios específicos de estas publicaciones, que las sostengamos financieramente.

En la Argentina no es muy usual suscribirse a publicaciones periódicas. Sí, en cambio, es costumbre acercarse a los kioscos de diarios y revistas para comprar algo que en el momento nos llama la atención. O aún más, comprar allí semanalmente la publicación preferida.

Sería entonces oportuno destacar entre los Científicos Cristianos que vivimos aquí, qué importante es para el Movimiento de la Ciencia Cristiana no seguir este modelo cultural, sino guiarse por lo establecido en el Manual de La Iglesia Madre, Artículo VIII, Sección 14, y suscribirse a nuestras publicaciones periódicas, según las posibilidades financieras de cada uno.

Una suscripción se asocia fácilmente con una idea de “continuidad”. Nos suscribimos a una publicación cuando apreciamos su valor, cuando confiamos que será útil para nosotros, no solo de vez en cuando, cuando tenga un artículo interesante, sino siempre. [El hacerlo] es una prueba concreta de nuestra confianza, que se expresa en gozo anticipado por lo que vamos a recibir. Es dar nuestro dinero anticipadamente para recibir algo que es realmente valioso.

Leer [los Heraldos mensuales] es una valiosa fuente de inspiración y otra muestra de nuestro aprecio por ellos. Es dar nuestro tiempo y atención a mensajes que reconocemos como valiosos e inspiradores.

Compartir estas revistas es otro modo de demostrar nuestro aprecio. Esta actividad, que puede hacerse “en persona” o a través del Comité de Distribución de las iglesias filiales, requiere de nuestra gratitud, dedicación e imaginación para ver nuevas oportunidades de ofrecer apropiadamente las revistas.

Finalmente, suscribirse a las publicaciones periódicas, leerlas y colaborar en su distribución, forman una verdadera cadena de amor y bendiciones para nosotros y para toda la humanidad.

Les relataré cómo conocí la Ciencia Cristiana. Una de mis vecinas se fue de viaje a los Estados Unidos, y cuando estaba en Boston, la llevaron a ella y a su grupo a visitar La Iglesia Madre. Allí le dieron dos Heraldos en portugués, y como ella sabe que me agrada leer literatura sobre temas espirituales, me los prestó. Los leí en muy poco tiempo y me sentí la persona más feliz del mundo por haber encontrado una religión tan magnífica y espiritual.

Después, me alegré mucho cuando conocí a una persona que sabía la dirección de una iglesia local de la Ciencia Cristiana. Inmediatamente comencé a asistir con regularidad a los servicios religiosos. Esta Iglesia me ha dado salud, paz, felicidad, y me está transformando. Los Heraldos fueron el único camino que me condujeron a la Ciencia Cristiana.

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