El Desempleo Está causando penurias a millones de personas. Por ejemplo, hay personas que tienen responsabilidades familiares, que de repente se encuentran sin trabajo sin que sea su culpa. Se enfrentan con problemas que se vuelven cada vez más difíciles debido a un futuro incierto.
Muchos, sin embargo, han superado esa situación mediante el estudio y la aplicación de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens). Esta Ciencia nos ayuda a ver que la vida genuina es espiritual y está gobernada por Dios; no está sujeta al cambio o a la injusticia.
Es importante aferrarse firmemente a esta verdad, vernos a nosotros mismos y a los demás no como mortales vulnerables, sino como el reflejo espiritual de la bondad de Dios. Por ser el reflejo de Dios, el hombre posee ideas ilimitadas y correctas, inteligencia y oportunidades.
Al mantener en el pensamiento el concepto de que el hombre es el linaje de Dios, y ser guiados por ello en nuestra vida diaria, inevitablemente hallamos salud y bienestar. Debido a que nuestro estado de pensamiento se relaciona directamente con nuestra experiencia, se puede lograr una mejor situación a través de la actividad sanadora de la Verdad en nuestra consciencia, revelando que el hombre es espiritual, la idea de Dios, y que existe en Su universo en perfecta armonía. Al percibir el ser verdadero y expresar más de la naturaleza de Dios, la experiencia humana cambia y se enriquece.
Cuando tratamos de resolver un problema mediante la Ciencia Cristiana, con frecuencia necesitamos recurrir al gran hecho espiritual y sanador de que el hombre es creado por Dios a Su imagen y semejanza. Esto es exactamente lo opuesto de lo que nos dice el sentido material. El sentido material nos identifica como mortales, sujetos a las circunstancias, que tienen necesidades que no podemos satisfacer. Pero debido a que Dios, el Amor divino, crea y gobierna a través de Su ley de reflejo, cada uno de nosotros está realmente dotado de alegría y de la actividad que corresponde. Las ideas espirituales de Dios están presentes para demostrar esto en nosotros y satisfacer todas nuestras necesidades.
La Biblia nos da muchos ejemplos de lo práctico que puede ser comprender a Dios. Por ejemplo, leemos sobre la viuda que le dice a Eliseo que su acreedor vino a llevarse a sus hijos como siervos. Todo lo que tiene en su casa es una vasija de aceite. Eliseo le dice que pida prestado a sus vecinos muchas vasijas vacías y que las llene con el aceite. El entendimiento de Eliseo acerca de la abundancia de Dios y de que el hombre refleja esa abundancia, multiplica el aceite tanto que la viuda puede venderlo, pagar todas sus deudas y junto a sus hijos vivir del dinero que le sobró. Véase 2 Reyes 4:1–7. En el Nuevo Testamento leemos sobre unos pescadores que aunque cansados y descorazonados por no haber pescado nada en toda la noche, tiraron sus redes mar adentro al mandato de Cristo Jesús y de inmediato se llenaron de peces. Véase Lucas 5:1–6.
Tales experiencias fueron el resultado de la oración; ellas no fueron lo que se suele llamar milagros, independientes de una consciencia espiritualmente iluminada. ¿No es maravilloso saber que el pensamiento espiritualizado puede hacer esto? ¿Acaso no es alentador saber que el amor sanador de Dios está al alcance de todos cuando somos receptivos a sus demandas? Podemos confiar en que el Amor divino satisfará permanentemente todas nuestras necesidades, incluso el trabajo más adecuado, y que está manteniendo nuestra perfección como reflejo del Amor.
Al buscar un empleo es muy importante mantener en el pensamiento que la vida es espiritual, no material, que el empleo en su sentido más verdadero consiste en identificarnos a nosotros mismos como el hijo de Dios y expresar Sus cualidades. Hay oportunidades ilimitadas para realizar este trabajo. Ningún temor ni sentido de deficiencia tiene el poder de quitarnos el derecho de identificarnos con la actividad espiritual, la sustancia y el bienestar espirituales. El entender y expresar nuestra unidad con Dios nos asegura prosperidad y seguridad, como lo hizo con aquella gente en los tiempos de la Biblia. En 2 Corintios podemos leer: “No mirando nosotros la cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. 2 Cor. 4:18.
Una mujer tuvo por muchos años un muy próspero estudio de música. Pero de pronto la inscripción de sus alumnos se redujo notablemente. Esta talentosa y devota pianista pidió ayuda por medio de la oración a un practicista de la Ciencia Cristiana. El observó que ella estaba muy preocupada con el problema de la recesión y el desempleo que era muy común en ese momento. El le habló de la necesidad de apreciar más el hecho de que la verdadera existencia es espiritual y que cada situación de la vida del hombre siempre está bajo el cuidado amoroso de Dios. Ella comprendió que Dios no puede causar temor ni privaciones, y comenzó a comprender un poco más acerca de Su verdadera naturaleza.
Hizo un constante esfuerzo para mantener sus pensamientos en línea con Dios, reconociendo que el talento, la oportunidad, la habilidad para tener éxito y el regocijo provienen de la Mente divina que el hombre refleja; que su amor por la enseñanza tenía una relación directa con el amor que tenían sus alumnos por aprender y que este amor que ellos compartían provenía de Dios. A través de este amor se puede expresar la inteligencia perfecta que satisface todas las necesidades de los estudiantes y las de ella misma. Consideró que el estudio de música ya no estaba bajo su responsabilidad ni era su idea, sino que estaba bajo la jurisdicción de la Mente divina. Su único propósito era manifestar las ideas y la inspiración de Dios.
Durante los siguientes seis meses se quintuplicaron las inscripciones, y entre sus nuevos estudiantes, niños y adultos, hubo algunos que demostraron excepcionales aptitudes. Posteriormente, además de enseñar, se concretó una nueva actividad dentro del campo de la música al que ella se dedicaba con alegría. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe: “Las capacidades humanas se amplían y perfeccionan a medida que la humanidad obtiene el concepto verdadero del hombre y de Dios”.Ciencia y Salud, pág. 258.
Básicamente, el desempleo no es una condición material sobre la que no tenemos control, sino un estado de discordancia del pensamiento que puede ser corregido al reconocer nuestra permanente relación con Dios. El hombre existe para reflejar la bondad ilimitada del Padre; ésta es su verdadera ocupación, su propósito espiritual, para el cual el hombre ha sido capacitado y designado por Dios.
A medida que obtenemos un mayor entendimiento del Creador y del hombre como reflejo de Dios, experimentaremos cambios favorables en nuestra vida. Sin embargo, nuestra primera prioridad siempre debe ser la de conseguir una mejor comprensión del Padre y expresar Sus cualidades.
De Dios sólo vienen bendiciones que enriquecen nuestra vida con logros y satisfacción.
