¿Está Preocupado Por la marcha de sus negocios? ¿Por su trabajo? ¿Por su carrera? En realidad, su seguridad reside en reconocer la estabilidad de los negocios de su Padre celestial. Los negocios de El siempre han sido prósperos, nunca han menguado, nunca produjeron pérdidas, nunca fracasaron. Eso es lo que realmente constituye lo que usted llama “mis” negocios.
¿Cuáles son los negocios del Padre? Gobernar toda la creación a través de Su ley perfecta, la ley del Amor. Nuestro negocio consiste en ceder ante Su ley, expresando la naturaleza divina en todo lo que pensamos, decimos y hacemos. La ley de Dios está ilustrada en todas las cosas que actúan conjuntamente para la gloria de Dios, y Su demanda y provisión del bien demuestran un equilibrio perfecto. Si en nuestra experiencia las cosas parecen ser de otra manera, son así en la medida en que hemos estado admitiendo, individualmente, la presencia de otras mentes, en lugar de la única Mente divina y su totalidad. Lo que parece ser falta de actividad y de progreso es, al igual que la preocupación acerca de eso, producto del pensamiento mortal y no de la Mente que estaba en Cristo Jesús, que, tal como dice Pablo, es la que debemos reclamar para nosotros mismos. Véase Filip. 2:5.
Por lo tanto, cuando nuestro trabajo parece tener tropiezos, es necesario corregir con ahínco nuestro pensamiento, o sea, orar basándose en un reconocimiento de la promesa de Dios de que el hombre, Su imagen y semejanza, está gobernado por El y, por lo tanto, tiene dominio sobre toda la tierra. Este dominio no consiste en un poder para someter a la creación, sino en nuestra habilidad otorgada por Dios para pensar y actuar correctamente bajo toda circunstancia. Y no cabe duda de que incluye todo lo que ocupa una parte tan vital de nuestra experiencia como son nuestros negocios.
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